Oh, lonely night

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KyungSook se sentó en una de las sillas frente a las dos puertas paralelas.

El bebé que estaba junto a ella comenzó a chillar justo en ese momento. Con ceño fruncido, se volteó solo un poco a mirar para darse cuenta del modo en el que la mamá batallaba para acomodar a su bebé recién despierto. Sea lo que fuera que le estuviera pasando, la mujer no aparentaba saber cómo detenerlo. El grito del bebé se escuchó tan fuerte y agudo cuando ella lo quiso maniobrar en su pecho...

Ese fue el momento en el que se giró a verla. Incómoda. Toda su expresión detallaba su vergüenza fruestrada por el asunto. Le hizo incluso una pequeña venia como si se intentara disculpar, pero... KyungSook solo tenía una pregunta: ¿por qué la mujer se disculpaba?

No era como si el que su bebé llorara fuera su culpa. Al menos no había visto que hiciera nada malo, tampoco que lo maltratara o fuera madre negligente que dejaba a su hija o hijo chillando en el suelo por berrinche que no estuviera haciendo caso. Eso sin contar el hecho de que la mujer no parecía mucho mayor a ella, debía apenas estar un poco por debajo de los treintas. ¿Primera experiencia y mamá relativamente joven?, bueno, cualquiera tenía dificultades para tratar a las criaturas.

Muchas personas no veían siempre eso. Juzgaban a la gente como si no existiera nada detrás. Era esa ideología que dejaba a los adultos en el centro de todo. Claro, estaba bien si no querías tener un bebé en tu casa, no fue tu responsabilidad, pero eso no se debería traducir a odiar a los pequeños... solo por tener circunstancias distintas, por no saber lo que es el mundo a su alrededor, por venir de un trasfondo en el que exista la dificultad...

"¿Do KyungSook?" La señorita que salió de la puerta izquierda con tabla en manos llamó. Lo suficientemente claro para que saliera de sus pensamientos y mirara al frente, con la rapidez de pararse y tomar su mochila. Su doctora le dio una sonrisa. "Pasa, por favor, si estamos listas."

Asintió. No pudo decir nada más, a pesar de que el bebé a sus espaldas apenas se calmara.

No habría tenido qué decirle, en cualquier caso, porque ella había sido una de las personas de las que hablaba.

Cerrada la puerta por detrás de sí con la misma mujer que la llamó para hacerlo, KyungSook decidió seguir su camino hasta el sillón pegado a la pared azul del reducido consultorio.

Era un lugar acogedor. Por más pocos muebles que hubiera, con solo dos sillones blancos y una mesita junto al que estaba frente a ella, le parecía suficiente para traerle paz y no dejar que se distrajera con nada. Los cuadros eran bonitos como única decoración: unas cuantas rosas pintadas en acuarelas, los peces koi y los títulos de la doctora daban buena ambientación básica de una simple profesionista.

A KyungSook le agradaba. Era sencillo, como ella.

Se sentó en el sillón de la pared como cualquier otro día. Su mochila la dejó a sus pies, sin importancia. La mujer robusta llegó a ella al poco rato, recubierta en su suéter de lana y pantalones afelpados que decía a todas luces cómo diciembre estaba llegando con el mayor de los vientos. Pero esa no fue su preocupación en este momento. Al poner ambas manos sobre sus rodillas, ya un poco sudorosas aun con el frío, ella lo supo muy bien. Sin importar la tranquilidad y sonrisa con la que le seguía viendo su psicóloga sobre los lentes.

"Hola, KyungSook. ¿Cómo has estado en estos días?"

Se relamió los labios. Inconscientemente bajó la mirada hacia sus uñas. Ya estaba pinchando sus medias bajo su falda. De nuevo. Un suspiro debió escucharse muy al fondo en su cabeza. No importaba cuántas veces se dijera que volteara arriba y viera a la psicóloga a los ojos. Tuviera casi un año en terapia o no, eso no quitaba que le siguiera dando un poco de vergüenza y timidez iniciar su conversación.

Gals' Love [BaekYeol/ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora