Small talk

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Las cosas estaban... muy extrañas.

SeHun diría, pero la verdad no encontró seguro en saber qué decir. Era claro cómo las cosas no quedaron normales. ¿Qué podía contar? Él lo había arruinado... o no, ¿tal vez sí? ¡Ay! Quién supiera. Lo único entendible era que había quedado de verse con LuAn en un lugar público como lo era un parque sobre un punto medio entre las residencias (donde hasta que se graduó estuvo viviendo la chica) y su casa que rentaba, y ninguno había hablado hasta ahora.

Sin importar que ya se hubieran encontrado. SeHun había llegado más temprano, por primera vez en su vida buscó la forma de estar a tiempo en algún lugar, y aunque no fuera más que con diez minutos previos de la hora, era un logro de verdad en su existencia.

LuAn no estaba. Él se había tenido que ir a sentar a una banquita frente al arenero junto a los columpios y la casita armada con juegos infantiles, entre el circuito de kilómetro que le daba la vuelta.

Casi eran finales de enero. El clima estaba frío, nada bonito para que alguien quisiera venir a pasear a sus mascotas, jugar con sus infantes aun cuando fuera sábado (fin de semana, ¡yupi!), y vacaciones para algunas escuelas que las tenían largas (después de todo, SeHun entraba hasta la siguiente semana). La nieve los rodeaba. Él traía una inmensa chamarra afelpada por dentro e impermeable por fuera. Sus pantalones negros eran de felpa, y cargaba botas porque su mamá le había mandado algo de ropa después de las fiestas, así que ya no andaba pasando las peores penas con su inadaptado clóset a la temporada fría. Lo único que le faltaba era un gorro o una bufanda, pero no lo había creído necesario. Con el aire, cualquier cosa en la cabeza se le volaría, sin contar que el cubrebocas a veces funcionaba para taparse la cara del frío (no solo del bicho).

La pandemia en su quinta ola quizá era otra razón por la que nadie debería estar ahí afuera como él, mas, eso no importaba. LuAn podría haber venido del país donde todo empezó, y no le preocuparía ser contagiado (mientras él no contagiara) si eso le dejaba resolver el asunto que quedó mal en sus últimos mensajes.

Al final, una vacuna ya venía, quizá le tocaba ponérsela pronto de enfermar... o no. En cualquier caso, poco se enfocaba en eso. No podía tener una conversación tan seria como era esta de revelar su identidad como Nadie por videollamada o más mensajes, incluso los de voz. LuAn le pidió que hablaran. Él aceptó, y ahora habían quedado en verse ahí para hacerlo.

Entonces, LuAn llegó a la hora. Después de un tiempo de no verla, que SeHun lo hiciera bajo ese conjunto de pantalones cafés, largas botas negras por encima de su rodilla, gorro blanco que mostraba su cabello rubio largo caído en ambos hombros, cubrebocas, cuello de tortuga rojo y chaqueta de cuero era... wow, sin duda, lo había hecho pararse de la banca.

Estaba tan impresionado, y por supuesto, él sabía lo hermosa que era LuAn. Se había enamorado a primera vista, quizá influenciado por un disfraz que a cualquier nerd prendería, pero tras haberla conocido en salidas grupales, las cartitas y los mensajitos eso había quedado atrás. No era así. Pero la vista le recordaba lo mucho que LuAn le podía gustar de una manera profunda como superficial, porque en serio era preciosa.

Los ojos negros enfocados de la chica le dieron una bofetada mental, y su sorpresa le hizo salir un poco del congelamiento. Se movió, ciertamente con torpeza, aunque de menos hubo una reacción que disimulara su baba. Al mover su mano como un saludo a la lejanía (en plan mira, aquí estoy, que no necesitaban porque él era la única persona en todo el maldito lugar), LuAn devolvió el saludo, se le acercó...

Y puso su sana distancia de un metro y medio al sentarse en la esquina de la banca contraria.

El silencio se hizo... después de unos segundos. Por supuesto, porque siquiera SeHun lo intentó. Cuando pudo saludarla al tenerla cerca...

Gals' Love [BaekYeol/ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora