Si a TaeYoon tenían que preguntarle, él iba a decir que todo esto era culpa de Jessica.Es que, con un demonio, ¿por qué tenían que presentársela? Justo en esa boda, justo en ese día. Muy bien, que TaeYoon no se había visto nada mal, no, qué va, él se había lucido, aunque su traje lo hubiera rentado y ahora no creía volverlo a ver ni en cincuenta años (porque que él se fuese a comprar un traje como aquel, ja, ja, con su sueldo de mecánico como que estaba medio imposible), por supuesto, entonces se veía increíble.
Sin embargo, las cosas ahora eran muy diferentes. TaeYoon jamás se imaginó que, luego de la boda de su querida amiga Jessica y haber conocido a la mujer más hermosa y flamante que podría encontrar en su puta vida, el destino decidiera decirle que, aunque él pensase sí, bueno, jamás volveremos a vernos, ¡solo hasta en mis sueños, señorrrita!, no-uh, amiguito, definitivamente tendría otra oportunidad. Pero tenía que ser en su trabajo, ¿no?
En su maldito y cochino trabajo del taller. Y él con su entero todo marrano, lleno de aceite, sudor, tierra, quizá hasta grasa de esas hamburguesitas que el jefito les compró por el almuerzo de la media tarde. No dijese más de su aspecto en general, suficiente tendrían con su ropa. Porque si querían verle la carita o el alborotado cabello corto aún en su bonito castaño... como que las pasaditas de esas manos grasosas y cochinas sobre él... ugh.
Stephanie Young tenía que venir casi a la hora de cerrar. Antes de que atrancaran el portón de su humilde taller parecido a un garaje, había llegado con su Jeepeta blanca todo poderosa a pedir auxilio, porque ni siquiera la podía mover, ¡estaba empujándole!
Sus compañeros no le pudieron cerrar. La aceptaron en el taller, y tan pronto él desde la oficina, donde ya había estado recogiendo su mochila y útiles, pudo verle y reconocerla–porque esa carita esculpida por dioses, nadie iba a perdérsela–, él como el hombre más coherente y sabio del planeta... decidió esconderse.
Era ahí donde culparía a Jessica, esa actitud no la tenía nadie más que él cuando lo acababan de poner en un aprieto. Si tan solo no la hubiese conocido reelegante antes, en ese momento no tendría preocupación por acercársele, saludarla y ayudarle como el buen hombre que podría ser. Obvio, todo para conquistarla.
No creía ser su momento en esa ocasión. Vamos, que Stephanie no estaba ahí con intenciones de ganarse su corazón ni que alguien fuese hacerlo, pero él cómo podría siquiera hablarle. Daba pena que lo pudiera reconocer, después, si acaso algún ser divino le otorgaba otra situación de encontrarse, ¿qué iba a decirle?
Después de todo, TaeYoon ya sabía lo difícil que también era para él acercarse de manera íntima. Si pensaba en la transición que iba pasando, y tener que dar explicaciones, porque era un dato que en un punto no podría ignorarse, era un caso perdido.
TaeYoon ya se había condenado desde antes a ser una minoría entre la sociedad que gustaba aborrecerles, sin embargo, ahora estaba en otra peor, y conociendo a la gente... solo tenía que mencionar ese hecho para verlos desaparecer. Así de fácil.
"TaeYoon, ¿puedes cobrarle a la señorita, por favor?" El destino igual tenía unas formas muy interesantes de moverse; no importó cuánto él quiso escabullirse, ahí sentado con los hombros encogidos en el sillón raído de su oficina. Su jefito igual llegó para decirle eso, y cuando vio cómo le cayó encima la notita, ni pudo protestar ya que antes la nombrada señorita ya había entrado a su escondite. Quedó helado, sin saber hablar ni cómo moverse con su jefito que ya se había salido dejándole junto a la mujer.
Entonces, TaeYoon definitivamente no supo qué hacer. No tuvo nada en realidad qué hacer, nada más que seguir reprimiéndose, culpando a su amiga, al destino y a su jefito de algo inevitable. Si tuvo una distracción pudo ser cuando miró mejor a Stephanie, y aunque su cuerpo y rostro no dijeran mucho más que demostrar su impacto ya descrito, en su cabeza era todo un lío. La mujer se veía increíble. Igual de flamante que en la boda, si acaso mejor, porque, incluso sin su bonito vestido con el cual lucirse, ese top rosa que le quedaba justo para definirle todo lo que tenía bien y sus pantalones deportivos negros junto a unos simples tenis... era suficiente.
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Gals' Love [BaekYeol/ChanBaek]
ФанфикVivir en una misma casa con tu pareja puede traer muchas anécdotas que contar. Tanto dentro como fuera de ella. Tiene sus ventajas y desventajas, algunas veces muchas más desventajas de las que cualquiera esperaría. Sin embargo, esa es la parte de m...