01

605 35 0
                                    

Íbamos en el auto de Charlie rumbo a "casa" en realidad mi antigua casa que de nuevo lo seria, raro, Bella era copiloto y yo iba en la parte trasera, veía por la ventana el gran bosque y el cielo nublado, prefería el calor sin lugar a dudas, pero bueno, todo sea para que mamá viaje.

Sabía que mi hermana mayor se encontraba en la misma situación, pero, hay que ver el lado positivo, viviríamos con el padre que nunca vemos, eso es bueno ¿no?

—Tu cabello esta más largo — los vi de reojo sin mucho interés.

—Me lo corte desde la última vez que te vi.

—Oh, creció otra vez — solté una pequeña risa por la incomoda platica.

Charlie y Bella me vieron lo que me hizo aclarar la garganta en una tos fingida.

—Lo siento — tosí por última vez —. Cambio de clima.

—Aria, ¿te pintaste el cabello? — pregunto viéndome por el espejo retrovisor, tome un mechón de mi cabello.

—Oh, de hecho si — sonreí —. Gracias por notarlo.

—¿En serio lo hiciste? — Bella me examinó sin creerlo.

—Gracias Bells, estamos todos los días juntas y apenas lo notas.

Ella sonrió negando. Bella tenía el cabello castaño oscuro, por mí parte era un poco más claro así que comencé a pintarlo para que se pareciera al de ella, me gustaba su cabello.

Terminamos por llegar, bajamos las maletas subiendo a la parte superior, recorrí el lugar con la mirada, todo normal. Me entretuve viendo una foto mía junto a mi amiga de la infancia en forks: Hazel Black.

La foto era tan pequeña que con mi mano podría cubrirla, terminé por subir las escaleras encontrando a papá en el proceso, nos movimos a ambos lados sin darle paso al otro, reí señalando la derecha.

Vi a Bella sentada en la cama, le di un vistazo a su habitación encontrando lo acogedor qué se veía.

—¿Qué opinas? —deje mis maletas en el suelo —. Es un aire distinto, siento que se me congelaran las mejillas cuando salga de aquí. Oye, olvidaba el talento qué tenías dibujando, ¿si los vendes cuanto crees que den por ellos?

Me gire viendo como se asomaba por la ventana.

—Iré a mi habitación — tome nuevamente mis cosas saliendo de su cuarto, sabía lo mucho que le gustaba el espacio —. Bells, ¿no quieres cambiarme las sábanas? Son mucho más lindas las tuyas.

Suspire al ver su cuarto vacío y las voces a fuera de la casa me dieron lo necesario para saber donde estaba, baje encontrando la figura de un hombre en silla de ruedas con un chico y una chica detrás de él. De inmediato los identifique: los Black, sonreí de oreja a oreja llamando su atención.

—¡Oh por Dios! — sonreí abriendo los brazos —. ¡Hazel!

—¡Arianna! —corrió para envolverme en un abrazo —. ¿Nunca creciste?

Me elevó del suelo un momento para dejarme con cuidado de nuevo sin dejar de sonreí, me sentí como una simple muñeca al ver la facilidad con que lo hizo, reí examinándola de pies a cabeza. Hazel siempre fue diferente a las chicas que hubiera conocido de mi edad.

—¿Y tú que dices? — verla me contagiaba su alegría —. Parece que te agarraron de manos y pies y tiraron de ellos, ¿sigues pensando en ser modelo?

—Oh no, eso quedo atrás — hizo un movimiento con su mano.

Me encaminó con los demás viendo la emoción de mi hermana mayor la cuál me contagio, al parecer era un regalo por nuestra llegada, bueno, más de Bella qué mío ya qué era la que sabía conducir.

Addicted | Embry Call ³Donde viven las historias. Descúbrelo ahora