ꨄ︎𝘑𝘜𝘕𝘛𝘖𝘚 𝘌𝘕 𝘌𝘓 𝘐𝘕𝘍𝘐𝘌𝘙𝘕𝘖ꨄ︎ (KyoAka/Renkaza)

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Akaza estaba a punto de darle un mordisco a la niña, todo pasaba en cámara lenta desde la perspectiva de los demás. De pronto las pupilas del peli-rosa se dilataron y se detuvo, esa simple palabra lo hizo controlarse.

Nezuko: Mamá! *Snif* - Gritó con lágrimas en los ojos la menor, cubriendo su carita con las manos y sobando su mejilla, la cual tenía un ligero corte, ya que el demonio logró hacérselo con sus uñas -

Kyojuro: Akaza! - Gritó dándole un empujón al omega, para tomar a la menor en brazos -

De pronto todos vieron como Akaza se quedaba paralizado y con los ojos llenos de lágrimas.

Kyojuro trató de decirle algo más, antes de escuchar al omega llorar.

Akaza empezó a llorar a mares mientras su cuerpo empezaba a encogerse, hasta llegar a ser del tamaño de Nezuko.

Kyojuro le acarició la frente sorprendido, no creía lo que acababa de ver.

Kyojuro: Akaza... - Decía con una sonrisa -

Todos se quedaron en Shock al ver a un pequeño peli-rosa dormir con lágrimas en los ojos.

Nezuko se acercó donde su mamá para recostarse con él, abrazando al pequeño peli-rosa.

Kyojuro envolvió al demonio en su haori, para mantenerlo junto a él, se preguntaba qué poder tenía Akaza, pues al verlo pelear se sorprendió de su fuerza.

Después de que todos se reunieran para atender sus heridas decidieron ir a refugiarse en algún lugar abandonado, ya que no podían volver a casa en esas condiciones.

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Los sobrevientes se establecieron en un edificio de pocos pisos abandonado, parecía ser un lugar seguro.

Senjuro: Hermano no te muevas para poder cerrar tu herida. - Decía con un hilo y aguja recién esterilizado, cosiendo la herida que tenía en la espalda su hermano mayor -

Kyojuro: Ahh! Es que arde! - Decía aguantando el dolor, pues no tenía ningún tipo de anestesia -

Rui observaba todo, mientras no hacía ningún tipo de queja mientras suturaban su herida.

Suma: Esta niña está llorando! - Decía llorando junto a la cachorra -

Kyojuro: Akaza sigue siendo pequeño, no puede- Ay! Darle de comer- Ay! - Decía tratando de contener el dolor -

Hinatsuru se encargó de alimentar a los cachorros, ya que Akaza seguía en esa forma extraña.

Tengen: La mayoría del trabajo lo hizo Akaza, me sorprende que no hayamos hecho casi nada, y ya perdí el ojo y la mano. - Decía con total seriedad, acostado en una sábana en el suelo -

Makio: Es extraño, pero este lugar es muy tranquilo... Ojalá todo fuera así... Como antes... - Decía abrazando sus rodillas, viendo por la ventana -

Senjuro: Realmente el mundo en el que vivimos siempre fue así, lleno de personas malas... Nunca estuvo tranquilo. - Decía terminando de suturar la herida -

Después de aquella conversación algunos decidieron dormir mientras otros se quedaban vigilando que no aparecieran demonios, tomando turnos para descansar.

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Al caer la tarde todos decidieron quedarse en ese lugar por un día o dos, hasta que los heridos pudieran correr. Esa misma tarde, Akaza volvió a su tamaño normal, y también despertó de su siesta.

Kyojuro: De verdad me alegro que estés bien. - Dijo besando la frente del más bajo, acompañado de un abrazo -

Una Nezuko con una curita en su mejilla se interpuso entre ambos, sintiendo cómo se abrazaban y besaban.