⸺ On My Way ༄ ⭒⊹˚✧

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Suspiré frente al espejo, ya había perdido la cuenta de cuantas veces había "arreglado" mi uniforme; a pesar de que estaba impecable, no podía evitar que mis manos temblaran ante la idea de presentarme ante tantas personas.

El aspecto no lo es todo—contribuyó Nathalie a través de la video-llamada.

Acerqué mi rostro al espejo acomodando un mechó imaginario que, según yo, se salió de su lugar—No lo es—coincidí—Pero lo primero que ven los humanos no es la personalidad, es el aspecto.

¿Apenas dos días de vida y ya nos conoces tan bien?—su voz tenía un toque de petulancia.

Sonreí con burla—¿Me equivoco?

No todos los humanos son iguales, te beneficiaría hacer amigos—negué levemente—Al menos uno—podía jurar que me lo estaba pidiendo y no ordenando.

Bufé y por fin conecté mi mirada con la suya—¿Qué tiene de malo la soledad? Es tranquila.

Y a veces triste...

—No tengo tiempo para amistades.

Ella suspiró—¿Podrías intentarlo almenos?

—Pides mucho—guardé silencio unos minutos y suspiré—Bueno, está bien. Lo intentaré—ella me sonrió levemente—Pero no te aseguro que después de hoy ya tenga varios amigos, con mucha suerte haré uno.

Ella asintió satisfecha, pero pronto frunció levemente sus cejas.

¿Qué tus clases no empiezan a las 7:20?

La volví a mirar y asentí.

Son casi las 7:00—acotó.

Me enderecé inmediatamente y miré la hora en mi teléfono, ¡Ahora son las 6:45! ¡Y se supone que debo llegar a pie!

Corrí hacia el sofá y tomé mi mochila—¡Nathalie, debo irme!—sostuve mi teléfono.

Llámame cuando regreses.

Asentí—Lo haré—sonreí—¡Hasta luego, Nathalie!

Una vez la llamada fue finalizada, me puse en marcha. Tomé las llaves y cerré la puerta detrás de mí, corrí por los pasillos y fui directamente hacia el ascensor, no podía tener una tardanza en mi primer día de clases.

Y aunque le temo al ascensor, le temo más a Gabriel.

Toqué el botón y esperé impaciente hasta que el ascensor llegara y en cuanto las puertas se abrieron, di un paso sin pensar al frente y entré en lo que tal vez me causaría mi primera pesadilla.

Piqué el botón de la planta principal y las puertas se cerraron, inhalé profundamente y suspiré.

Me sentí extraña, tuve un mareo y una rara sensación de flote, mi cuerpo amenazaba con desestabilizarse y yo sólo pude recargarme en la pared.

El ascensor se detuvo y las puertas se abrieron casi inmediatamente, temblorosamente salí del ascensor. No fue la mejor experiencia, pero al menos sigo viva.

Caminé hacia la salida fingiendo que no me había llevado el mayor susto de mi vida y dejé las llaves en la recepción—Buenos días, señor Mattias—salude al hombre que leía el periódico frente a mí con un vaso de café caliente en la mano.

Apartó la mirada de las letras y la puso en mí—Buenos días, señorita _______—tomó las llaves y las dejó en su respectivo lugar, para luego mirarme de reojo—¿Primer día de escuela?

Asentí—Correcto.

Él me observó curioso—Saint Paul, ¿Eh?—murmuró reconociendo mi uniforme—Una excelente escuela, estudié ahí mis últimos años de secundaria—sonrió con nostalgia mientras revolvía su vaso de café—Qué recuerdos—dio un sorbo.

𝕃𝕚𝕓𝕖𝕣𝕥𝕪 || Félix Fathom × LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora