❝Podría llevarte conmigo a ver todo el cosmos por completo y pasear por el telar de estrellas juntos, Xiao❞
Xiao, un joven científico mitad-Adeptus se ve en él trabajo de cuidar a un chico rubio que cayó del cielo ¿es eso posible?
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Hace miles de años atrás
Las estrellas, los astros, quién diría que las figuras que se veían en el cielo de Tevyat realmente serían seres celestiales destinados a todo lo que hacían, cada estrella estaba destinada a cumplir su trabajo y encontrarlo de alguna manera, cuando Aether nació junto a su hermana gemela, era todo más extraño para él, la naturaleza de una luna siempre era mucho más calmada y mas fría, por algo más que nada natural hasta de raza se podría decir incluso, pero Aether excedió mucho más las cosas.
Quizás tenia que ver con lo malo que era para recibir señales de cualquier tipo, simplemente a veces no podía diferenciar entre lo sarcástico o lo literal, las metáforas eran difíciles, los ruidos fuertes hacían que su cabeza doliera mucho y las texturas podían causarle una gran incomodidad, se obsesionaba con las cosas y luego ya no les causaba la misma felicidad por lo que las abandonaba, nunca sabía si estaba bien o estaba mal, la mayor parte estaba con muchos más estímulos de los que podía soportar.
Y es por eso que decidió trabajar en una oficina, las personas eran difíciles de entender y socializar era demasiado cansado, leer libros y números durante horas era definitivamente su tipo de trabajo, pero era demasiado joven para cuando se cerró a experimentar otras cosas, tuvo la oferta pero no la quiso.
Para que finalmente se diera cuenta de la realidad, estuvo mucho tiempo viviendo en la misma rutina, doce horas trabajo y doce horas de descanso, realmente no es que necesitara dormir así que tenía doce horas libres siempre.
Pero incluso teniendo esta cantidad de tiempo, solo la pasaría leyendo libros sobre otros mundos los cuales fueron escritos por diferentes estrellas con diferentes trabajos, astros que terraformaban los planetas describiendo su trabajo y todo tipo de criaturas las cuales encontraron mientras ayudaban a evolucionar a los planetas, para cualquier otra forma de vida pensarían que esto lo harían en busca de una colonización o una adoración de hecho, pero realmente no era así, por muy sorprendente que fuera.
Antes se preguntaba lo mismo, cuando ya tenía unos pocos años de nacido y estaba todo el tiempo con su madre, se vio curioso por que hacían el trabajo que hacían, tenían la fuerza y la inteligencia para colonizar más de una galaxia y, ¿Por qué hacían simplemente estos trabajos en vez de algo más grande? Su madre, aquella que fue nombrada en varios mundos como una diosa de los principios celestiales le respondió la pregunta de la manera más amorosa posible con una cálida caricia en la cabeza y una sonrisa.
El deber de los astros, era ser observadores del mismísimo universo, por eso estaban en todos lados, observando y estando alrededor de cada planeta y forma de vida, de hecho a veces las formas de vida no podían evolucionar solas y necesitaban ayuda, después de eso Aether no lo entendió al principio, más adelante su madre lo invitaría a un planeta lleno de fauna y flora muy extraña, bosques vivientes y un montón de plantas muy extrañas, lleno de estímulos que fueron abrumadores para él.
