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––¿Cuando te vas a ir de mi cuarto? —Chishiya dijo ya harto de tener al actor de voz en su habitación.
—¿Me estás echando? —pregunto sin ninguna preocupación el actor, quien leía un manga recostado en la cama de Chishiya.
—Si, por favor, vete de acá.
—¿Qué hora es? —Hiroshi no despegaba su vista del libro.
—Son las cuatro con treinta.
—A las cinco me voy —siguio leyendo su manga en silencio.
Chishiya se recostó a su lado, sin tener mucho que hacer más que salir a un juego esa noche debido a que su visa estaba a punto de expirar.
—¿Te gusta el anime o el manga? —la voz de Hiroshi resonó en la habitación, llamando la atención de Chishiya, quien se dió la media vuelta y le observo.
—no, me desagrada mucho.
—Te pierdes de un gran pasatiempo.
—¿De qué? ¿De ver a dibujitos hablar con globos de diálogo? Mejor me veo una película.
—Me caes mal.
—Entonces vete de tu habitación.
—Tu habitación y yo nos llevamos bastante bien, no metas a terceros en nuestra discusión.
—Te lo repito por quinta vez en este día, ¿Por qué eres tan raro?
—¿No te has fijado que en nuestra sociedad —Hiroshi hablo, cerrando el manga y dejando uno de sus dedos dentro de este, guardando la página — no podemos ser completamente libres?
—¿Te refieres a las leyes...?
—No me entenderías, déjalo.
—Dilo, ya empezaste a hablar sobre ello.
—Yo... no puedo hacer nada sin consultarlo antes con mi manager, porque según lo estipulado, no puedo tener ni pareja ni nada relacionado porque mis fans se enojarían conmigo por una entrevista que di cuánto era un novato.
—Jodido el tema.
—¿Sabes lo interesante? Es que acá puedo hacer las cosas que yo quiera, sin preguntarle a alguien o cosas así... Oh, son las ocho, cuídate en el juego que sea que te toque.
Hiroshi se levantó de la cama, se fue con la mano en el estómago y con su manga en la otra mano. Chishiya no quería que se fuera.
Era su sexto día en la playa y tenía decidido ir ese día a un juego, pronto su visa expiraría y no quería que esto le pase en cuenta.
Escucho gritos fuera de su habitación y salió de esta, chismoso por ver qué ocurría en el pasillo. Se sorprendió al ver a Niragi junto con Hiroshi discutiendo.
—¡¿Qué dijiste desgraciado?! —Hiroshi sonaba bastante enojado.
—¡Sordo de mierda! ¡¿Cómo es que no estás muerto?! —Niragi también estaba enfadado, pero su tono de voz juguetón dejaba claro que estaba simplemente burlándose.
