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––¡Jajaja mentira que puedes hablar así! —Hikaru reía mientras afirmaba su estómago que dolía de tanta risa que soltaba.
—Claro, cariño, ve a hacer tu cama —dijo Hiroshi con voz de mujer.
Hiroshi tenía una especie de talento, sabe imitar voces de personajes de anime, además de poder hacer voz de anciano y de mujer a la perfección.
—¡Puedes hacer a Goku!
—Claro que si muchacho —hablo con aquel tono de voz tan ocurrente.
Hikaru reía risueño ante todo lo que hacía y decía Hiroshi, ya que sus imitaciones venían con actuación.
Era el cuarto día desde que habían aparecido en ese lugar, tenían bastante comida ya que eran solo ellos en ese centro comercial. Solo les quedaban tres días de vida y según lo planificado, hoy saldrían a jugar algún juego para aplazar su visa.
—Necesitamos jugar más juegos —comento Hikaru a la hora del almuerzo comiendo unos onigiris que encontraron en una tienda de conveniencia.
—¿Para? —Hiroshi se sentó a su lado con un plato de ramen instantáneo.
—En la baraja son cuatro palos/pintas —comento Hikaru.
—Si. Corazón, diamante, tréboles y picas —añadio el mayor soplando sus fideos.
—Si, jugamos al seis de Picas y al As de Diamante. Supongo que cada noche se jugarán juegos... Así que descartando los jokers, serían 52 juegos —murmuro Hikaru.
—al final de cada juego nos dan más cartas del juego que hemos jugado. Si las dan...
—Es porque quieren que las juntemos...
—¿Será que si... Juntamos todas las cartas... podremos salir de acá? —pregunto esperanzado Hiroshi.
—Es una hipótesis —Hikaru rasco su cabeza y sonrió su nariz —. Por eso necesito que vayamos a jugar todos los juegos posibles para así obtener todas las cartas.
—Bien. Recordemos, en el juego de seis picas tuvimos que hacer mucho esfuerzo físico para ganar. Y en el juego de diamantes tuvimos que sol pensar —concluyo el seiyuu haciendo cuentas.
—Entonces los números significan la dificultad de cada juego. El As es el más fácil y el Kaiser el más difícil —añadio el menor.
—Claro, nos quedaría saber la modalidad de Trébol y Corazón —Hiroshi dejo a un lado el plato de cartón —. Supongo que no serán juegos tan difíciles.
—Decidido, hoy iremos a jugar.
Y como había dicho Hikaru, fueron a jugar esa noche. Decidieron ir algo más lejos de donde estaban y llegaron a un lugar de apartamentos que estaba bien iluminado.
Subieron las escaleras, tomaron sus respectivos teléfonos y esperaron a que el juego comience.
—Podemos preguntarle a las personas si es que saben algo —comento Hiroshi aún con su traje puesto.
