Dieciseis

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––¿Qué mierda? —Hiroshi miro el fuego a su alrededor buscando siquiera a un alma viva —¿Ya se acabó el juego?

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––¿Qué mierda? —Hiroshi miro el fuego a su alrededor buscando siquiera a un alma viva —¿Ya se acabó el juego?

Camino por los alrededores, viendo que ya estaba oscureciendo. Aunque su alarma mental se encendió en cuanto escucho disparos a la distancia.

Se escondió entre los escombros y rezo a cualquier dios que estuviera arriba suya. Incluso mientras inploraba a aquel dios arriba suyo, elevó la mirada al cielo, encontrandose con el parapente con la carta del rey de picas sobre su cabeza.

—Mierda...

La estupefacción era incluso graciosa, su mandíbula se había desencajado de la impresión y a unos metros suya, cayó una caja.

Pestañeo confundido. ¿Una caja acababa de caer del mismo cielo?

Y entendió todo aquello en cuanto volvió a ver arriba y aún estaba el parapente sobrevolando el lugar. Aunque los disparos seguían perpetrando contra algún edificio aledaño.

Los gritos de la gente atemorizaron a Hiroshi, quien tapo sus oídos, aún observando la caja con curiosidad.

Se armó de valor y se asomo para ver en dónde estaba el rey de picas. Era aquel hombre, vestido completamente de negro, con una capa cubriéndole los hombros y espaldas junto con una máscara que cubría su rostro y su cabeza.

Le disparaba sin piedad a un edificio que estaba cerca de ese lugar, aparentemente habían personas en su interior. Luego de un rato de seguir disparando, decidió entrar a aquel edificio.

Hiroshi se alarmó al notar que ya no estaba el rey de picas, y aún con el gusanillo de querer saber que había en la caja, corrió hasta la caja, temblando de arriba hacia abajo y la abrió.

Saco algo de comida y agua, lo echo en sus bolsillos lo que pudo y vio entre aquellas cosas, lo que parecía ser una metralleta.

No lo pensó mucho y se la llevó.

Corrió lo más rápido posible, rezando para que aquel rey no lo encontrara y lo degollara.

—Corre, hijo de puta, corre —susurraba para si mismo mientras abrazaba el arma —. No quiero morir...

No supo cuánto tiempo ni vusnrs distancia recorrió, pero supo que había salido del campo de juego del rey de picas.

A unos metros vio el parapente de la reina de picas y como el lugar estaba completamente iluminado. Era una zona de desembarco y estaba bien curiosa la zona.

Aún no partían los juegos, así que se apresuró en llegar a otro que estaba relativamente cerca. El rey de corazones.

En cuanto llego a aquel edificio, escondió el arma en la tierra, técnicamente enterrandola sin levantar sospechas.

Entro al edificio, encontrandose con un par de personas ya en el lugar. Tomo el teléfono junto con el mechero, la linterna y la cámara fotográfica, leyendo en el cartel frente suya que tenía que tomar los tres ítems.

voice actor || Alice in Borderland Donde viven las historias. Descúbrelo ahora