𝐂𝐔𝐀𝐓𝐑𝐎

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     「Pretty


—¿Por qué tan sola?

Hanae maldijo por lo bajo en cuanto esa voz coqueta golpeaba sus oídos. No hacía falta darse la vuelta para ver de quién se trataba. Además el intruso se tomó la libertad de aproximarse e invadir su espacio personal.

Debía admitir que la primera vez que lo vio quedó bastante sorprendida porque era atractivo. El encanto no duró mucho. Exactamente, hasta que abrió la boca.

—¿Que es lo que quieres, Niragi?

—Hacerte compañía, por supuesto, Hanae— sonríe con malicia mientras presumía su arma.

Hace unos días habían conseguido más armamento para la fracción militar de “La playa”. Ahora todos contaban con un arma de la cual alardeaban sin parar.

—Aki vendrá pronto, no es necesario.

—Eso no es cierto, Pequeña— Hanae retrocedió ante su acercamiento—. Matsumoto está con Ann justo al otro lado del Hotel, el no vendrá.

Niragi lamió sus labios de forma lasciva, ella se quedó quieta. La mano del pelinegro atrapó su brazo antes de que ella pudiera irse lo más lejos que podía de el.

—Suéltame— pidió ella—. Tengo cosas que hacer.

El séquito de militar comenzaba a acercarse de forma silenciosa, como una advertencia de que tenía que obedecer al azabache o usarían la fuerza. Pero no querían hacer un alboroto que seguramente llegaría al Sombrerero y a Aguni.

Todos en “La playa” sabían que ambos jefes del lugar tenían un aprecio a la joven Katō. Pero eso hacia que Hanae fuera más ansiada por Niragi, como si el letrero que dijera advertencia en letras rojas fuera una señal para que el se acercará.

—Será divertido, te he notado algo tensa— siseó el jugando con la tela de su túnica blanca.

Sumado a su mirada que parecía devorarla de arriba a bajo sin pudor hizo que Hanae se sintiera aún más incómoda y ciertamente aterrada. Incluso si tratara de resistirse haría lo que quisiera.

Y todos serían lo bastante cobardes como para callar e incluso mirar a otro lado.

—¡Aquí estás!— una chica se aproximó a ella jadeando cansada tomándola del brazo libre—. El Sombrerero te esta buscando.

Las palabras de la desconocida fueron suficientes para que Hanae entrara en un estado de confianza inmediato. Niragi la jalo hacia el, cambiando su expresión a una hastiada por la intervención de la chica.

Reviso su pulcera con su número y pareció por un momento creerle la mentira.

—Estamos en un asunto aquí, desaparece— ordenó con desdén.

𝐒𝐄𝐑𝐄𝐍𝐃𝐈𝐏𝐈𝐓𝐘- 𝐂𝐡𝐢𝐬𝐡𝐢𝐲𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora