Guardian

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Ladybug aterrizó sobre aquel balcón familiar.
Su balcón. Levantó aquella trampilla rosa que permanecía abierta porque ella había roto su seguro meses antes. La azabache aterrizó sobre su cama y deshizo su transformación. Casi inmediatamente sintió el dolor punzante en su cuerpo.
Tikki apareció en su forma física y cayó también en la cama de su portadora agotada. Había gastado toda su energía para que Marinette no sintiera dolor mientras estaba transformada, para que así tuviera mejor rendimiento, pero con la consecuencia de estar muy agotada cuando se destranformarara.

—Tikki, ¿Qué sucedió?—Cuestionó la ojiazul con su semblante preocupado, levantando a Tikki con sus manos y dejándola acostada en sus palmas.

—¡Guardiana, esta aquí!—Hablo Wayzz, que, junto a los otros Kwamis rodearon la anatomía de la chica, casi como un abrazo para después separse pero permanecer cercanamente.—Kalkki, Xuppu, Pollen y Sass, vayan a buscar algo para que Tikki y la guardiana se alimenten.
Marinette Suspiro y se relajo al ver que Tikki se sentaba.

—Lo siento mucho, Marinette...Tenía que usar más energía para que no te lastimaras...

—Tikki, sabes que eso es muy peligroso...—Cariñosamente regañó a la entidad motada que le sonrió. Los otros kwamis que habían ido a buscar comida aparecieron con un Croassaint, Dos Macarrons, una galleta y un platano.
Marinette agarro la galleta y se la dio a Tikki, que la tomó y se la fue comiendo poco a poco, a si mismo, recuperando energías.
Marinette se comía el Croassaint gustosa, dándose cuenta que no había comido nada en todo el día y que no se había percatado que tenia hambre. Después de todo, ¿A quién no le da hambre al ver comida?

Marinette se puso a pensar en eso, analizando que si a nosotros no nos percatamos de la hora de la comida o si estamos muy distraídos, se nos olvida comer y no nos da hambre.

Borró aquellos pensamientos después de terminarse de comer todas aquellas cosas, pensando ahora en cosas más importantes que en comida.

—Bien, Manos a la obra.—Dijó mientras se bajaba de la cama con delicadeza y con la ayuda de los Kwamis.

Ahora tenia una nueva misión que se definía en: Una palabra, un gran impacto; Mudanza.

Marinette le pidió ayuda a los Kwamis diciendo que les explicaría después.
Tenía dos maletas donde primordialmente estaba la caja de los Miraculous y donde se metieron los kwamis después de que terminaran de ayudar a empacar todo lo necesario para su guardiana. Excepto Mullo y Tikki, quienes a ordenes de Marinette, se quedaron fuera.
En todo ese tiempo, habían pasado ocho minutos, sus padres no estaban y estaba lista para irse.

¿Y a donde?

Esa era una excelente pregunta para los Kwamis.

—Tikki, aún necesitas recargar más energías, así que voy a utilizar a Mullo, ¿De acuerdo? Hasta ahora Mullo es el que más duerme y que más energías guarda, sin ofender, Mullo.—Explicó mientras Mullo no se sentía ofendida. Tampoco sabía que era "ofender" pero observaba con atención a su guardiana.

—Pero, Marinette...

—Sin peros, Tikki. Necesitas descansar.—Finalizó mientras se ponía el Miraculous del ratón.—Escóndete en la maleta, Tikki. Yo se lo que hago.

La kwami Suspiro y obedeció a su portadora, después de ver a Mullo y hacerle señas en idioma Kwami sobre qué si le pasaba algo a Marinette, se las vería con ella.
Mullo trago profundo ante aquella amenaza pensado en lo peor, mientras le dirigía la mirada a su ahora portadora que dejaba una hoja en forma de carta en su escritorio.

—Ahora si, Mullo, ¡A roer!—El kwami se deshizo en una energía gris y rosa, dando por hecho la transformación.
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Tenía flojera de actualizar
Tenía ganas de cancelar esta historia
Y tenía ganas de tirarme de un quinto piso porque ahorita empieza las clases
Estuvo cortico pero la voy a compensar;

Los quiere,
Lannie

Espacio [Miraculous Ladybug] EN EDICIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora