5._Roces

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-Bills tampoco es la clase de sujeto que me suelen gustar- confesó  Mary viendo las botellas en el estante del otro lado del mostrador- Yo los prefiero con un carácter más equilibrado.

-¿Qué viste en Bills, entonces?- le cuestionó Champa en un tono sarcástico.

Mary se quedó pensando un momento. Se le dibujo una sonrisa amplia, espontánea y luminosa.

-No sabría por dónde empezar- contestó al fin y al mirarlo se echo a reír divertida.

-Seguro fue la cuenta bancaria- exclamó Champa con desprecio en su voz. Enseguida soltó un pequeño gritó al recibir un pinchazo en el brazo con un mondadientes- ¡Si no es cierto ¿por qué te enojas?!

-No me enfade- respondió Mary todavía sosteniendo el palillo- Es solo que cada vez que te veo... no puedo evitar pensar que Bills se vería igual que tú si estuviera gordito y me dan ganas de pillizcarte...

-Eres bastante extraña- le dijo Champa con la cara un poco roja y apartando la mirada de ella.

-Ven acá y dale un abrazo a tu cuñada- exclamó Mary abriendo los brazos.

-¡Suéltame! ¡Estas loca! ¡Que me sueltes te digo! ¡No vas a simpatizarme solo porque me estés..! ¡Que me sueltes!- gritaba Champa, pero de nada sirvieron sus reclamos, Mary no lo soltó hasta que se aburrió.

Cuando la muchacha regresó a su habitación lo hizo con un muy buen ánimo, pero su sonrisa se borró al abrir la puerta. Nunca esperó ver ahí a Leyla. La mujer parecía haber estado teniendo una muy amena charla con Bills. Había un par de botellas de licor en la mesa de café entre los dos además de unas cajas de pizza que se llevaron la atención de Mary que cerró la puerta detrás de sí mientras soltaba un saludo formal y estéril. La situación obligó a Bills a presentar a las mujeres que intercambiaron unas insípidas palabras.

-Espero no te moleste haya venido a ver a Bills. Se portó muy bien conmigo la otra noche y quise hacer algo lindo por él- le dijo Leyla después de contarle brevemente esa historia.

-No, no me molesta- respondió Mary con calma- Puedes quedarte un poco más si quieres. Yo iré a darme un baño- agregó y se encaminó hacia allá sin mirar a Bills en ningún momento.

-Nada celosa por lo que veo- comentó Leyla una vez la muchacha entró a darse una ducha- ¿En qué estábamos?

Bills miró de reojo la puerta del baño y sonriendo retomo la charla. La mujer le caía bien. Tenía cosas que Mary no. Un cuarto de hora después su chica salió hacia el mini bar. Lo hizo con la bata abierta y secando su cabello con una toalla pequeña. Su aparición hizo a Bills escupir la cerveza que estaba tomando y quedar a Leyla con cara de idiota.

-El agua sale demasiado caliente ¿crees que debamos decírselo a Champa? Quizá sea una falla menor, pero no sé...- manifestó la mujer pasando por delante de la invitada.

-Fue una charla agradable, pero creo que es mejor que me vaya- exclamó la mujer poniéndose de pie.

-Adios Leyla. Vuelve cuando quieras- le dijo Mary sacando una botella de Whisky para leer la etiqueta con mucho interés.

La mujer se despidió rápido y deja la habitación con la misma prisa. Bills se puso de pie para cuestionar a Mary el porqué salió así del baño a lo que ella, con toda la calma del mundo, respondió:

-Porque estoy en un recinto privado. Exclusivo para tí y para mí. Cualquier intruso en este lugar corre el riesgo de presenciar algo que lo incomode.

Bills puso las manos en sus caderas e hizo un movimiento facial como de arquear una ceja. Mary puso un poco del whisky en un vaso.

Egoísta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora