☙
Hace un largo tiempo...
Hubo una breve vez en la que dos de las dos familias más importantes de Mondstadt se encontraron mediante los dos miembros más jóvenes correspondientes a cada grupo.
Sin embargo, aquel incidente había sido tal vergüenza para un hombre en específico; que decidió ser dejado en el olvido.
Aquel protagonista que ya todos conocemos no era más que un infante que acababa de ser vetado por su propio progenitor; el hombre que ayudó a su existencia. En la cabeza del pequeño disminuyó su rol de un padre ausente a uno que jamás existió.
Y eso era algo que no iba a cambiar nunca; quién fue la única que le mostró gentileza habría sido su hermana mayor, Eula. Así decidió ___, que ella sería la única a quién recordaría.
Solo se supo que tanto madre e hijo fueron abucheados por la mayoría de miembros de la familia, por lo que estos decidieron dejar Mondstadt.
El joven ___ yacía desolado en el puente de Mondstadt, esperando a su madre para poder abandonar la nación de la libertad.
El peliazul con la mirada baja, se sentó soltando un suspiro desanimado. Y sin esperanza se preguntó: "Si no hay casa, ¿Quién nos esperará?". Más que nada por el terrible pensamiento de no ser amado por nadie que no fuese su madre, y aquella suposición de que jamás sería querido por ser el mismo debido a; ser él mismo. O inclusive que su madre sería rechazada por los demás debido a él, su hijo. Y más tarde que nunca, su miedo se consumió dentro de su cabeza, encogiéndose al borde del puente, mirando los patos.
—¿Estás bien?— Un pequeño Diluc, de no más de once años, apareció frente a él, mirándolo algo desconcertado, más la cara de angustia del menor ya le decía que no planeaba contestarle.— ¿No vas a responder?— Preguntó nuevamente, esta vez algo molesto; más sin embargo la boca del menor se limitó a negar con la cabeza, haciendo enfurecer al mayor. — ¿¡Tú quién te crees para responder de esa forma?!— Refunfuñó con pesadez, la actitud del menor era tan densa a la perspectiva de Diluc que no pudo evitar perder la paciencia al instante.
Esto hizo exaltar al niño, que al ver el semblante molesto del pelirrojo, no pudo evitar lloriquear de temor. Diluc rápidamente se percató de la situación y no pudo evitar suspirar cansado. Tratar con niños no era lo suyo en absoluto.
—¿Estás bien?— Volvió a preguntar, tratando de mantener su distancia con ___, más el menor lloró más.— ¡E-ey! ¡¿Yo qué hice!? — Diluc exclamó de forma confusa.
Sin más, el joven Ragvindr no lo pensó más de una vez y se sentó a lado de él y lo tomó de los hombros, analizando las ropas y la apariencia del niño. —¿Qué te pasa? ¡Vas a asustar a la gente con tus berrinches!— El menor tomo las muñecas del chico, intentando zafarse de su agarre, más pareció inútil debido a la leve diferencia entre sus brazos arraigados sus hombros con firmeza.
—Qué te importa...— Susurró con su voz quebrada, sonaba a que había estado sollozando desde hace buen rato incluso si pocas lágrimas salían de sus iris. —¡Tú también eres horrible! ¡Eres peor! ¡El rojo es lo peor!— Exclamó ahogándose en una combinación de desesperación y su propia saliva acumulándose, tapando cada orificio en su rostro. Más tarde que nunca el niño calló sofocado con la cabeza cabizbaja, con un semblante desesperanzador.
___ ya no quiso hablar, y la mirada confundida de Diluc se clavó en él.
El muchacho no parecía reaccionar ya a todo lo que el menor insultó, y se quedaron quietos.
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[HIATUS] ¡Ya te dije que no soy una mujer! [Aether X Male! Reader]
FanfictionEn dónde el menor de los Lawrence no deja de molestar a Aether por su apariencia. -Por qué siento que no importa cuántas mujeres conozca, tu siempre serás más hermoso que todas las mujeres en Teyvat juntas. -Lo dices por mi apariencia, ¿no es así...