[7] Lawrence

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"—¿También buscas a un familiar?

—En realidad, es mi familia quién me está buscando."


Era hora de irme, no debía volver por ninguna razón. Aún si eso me molestaba, la mejor manera de retirarme parecía ser ésta.

Paimon ni siquiera movía las pestañas, se había quedado dormida profundamente en la banca, se veía llena de paz y tranquilidad, por lo que decidí no despertarla.

Sin embargo,no podía ser así de cruel. Que me hayan abandonado una vez no significa que yo debía hacerlo también.

—Demonios...— Musité irritado.

En mi propia crisis, me agaché y coloqué la máscara nuevamente en mi cara, pensando y pensando, tocando la tierra del suelo con mi dedo índice; nada venía a mi mente más que las mil y un maneras en las que la pequeña albina podría hacerse daño si la dejaba sola.

La gente que pasaba por ahí, niños, bardos y mercaderos, podía sentir su mirada fija en mi debido a mi vestimenta no tan común. Y realmente no los culpo, ver a alguien con capucha y una máscara casi hecha cenizas también me haría verlo intensamente debido a su rareza.

Cuchicheos traviesos se oyeron a la distancia, pronto, divisé un pequeño grupo de niños acercándose a mí.

—Disculpe.... Señor...— Una niña de pelo trenzado tomó la tela de mi capa, con una sonrisa tímida, me miró llamando mi atención.—Señor Hillichurl.... Usted es un Hillichurl, ¿Cierto?

Varios niños detrás de ella me miraron con cierta cautela, miradas curiosas se fijaron en mí, esperando una respuesta.

—....Gawr....?— Conteste impulsivamente.

E incluso si me había visto ridículo, los ya mencionados no pudieron evitar echar una carcajada simultánea. Era claro que incluso ellos sabían que no era un Hillichurl real, sin embargo no pude evitar reír al igual y seguirles la corriente.

Así fue durante unos minutos, me jaloneaban para poderme verme bien de cerca, o al menos a mi "disfraz" que era lo que les había llamado la atención en primer lugar.

No sabía que los niños de Mondstadt fuesen tan eufóricos y energéticos. Así fue como me percaté de cómo se sintió mi madre durante mis primeros años de vida, pero multiplicado por tres.

La fiesta paró repentinamente, el sol se estaba ocultando, por lo que cada uno de ellos se fue despidiendo.

Me quedé solo nuevamente, quién me hacía compañía seguía dormida como si nada hubiese pasado, y aún me preguntaba "¿ A dónde carajos se fue ese rubio?".
Teoricé que quizá había huido para librarse de su compañera, lo cual me fue difícil imaginar.

Di vueltas, una tras otra, intentando descifrar el porque la tardanza de Aether, más mi cabeza no daba para más.

Sentí algo que paró mi paso simultáneo, una respiración ajena que me hizo exaltar y saltar al instante.

Choqué con una mujer de mayor estatura que yo.

—¡Insolente!, ¿Cómo te atreves a caminar de manera tan poco prudente?

—¡L-lo siento muchísimo, no prestaba atención!— Exclamé cabizbajo.

—¡Da la cara!, ¡Discúlpate de la manera correcta y deja de ser un cobarde!— Reclamó.

Alcé la cabeza, la miré desde los orificios de mi máscara. Sin embargo, sentí algo muy malo al mirarla. Un nudo en mi garganta me impidió hablar.

En sus elegantes ropas, vestía el emblema de aquella familia.

Aquella familia a la que había estado evitando a toda costa.

—Per..... Perdóneme. ¿Cómo.... Cómo se lo puedo pagar...?

—¿Una máscara de Hillichurl?, ¡Deja de ser infantil y quitátela!— Ignoró mi comentario, y en su lugar, optó por alzar más la voz.

Asentí inseguro, sin embargo, sentí que si no lo hacía, terminaría en el calabozo o algo así.

Tomé mi máscara y la retiré lentamente.

No me digné a verla, más mi cabello alborotado y el movimiento que causé al quitarme la máscara terminó por ocasionar que mi capucha cayera en mi espalda y nuca.
Me tomó de los hombros, mirándome como si fuese algo raro.
Sentí escalofríos y ganas de llorar, sin embargo no podía quejarme ya que había sido mi culpa haber sido tan descuidado.

La peliazul me miró con ojos asombrados, dejó de fruncir el seño y me vió directamente.

—¿Nos conocemos, por casualidad.....?— Preguntó con cierta fragilidad en su voz.

—Lo siento señorita.... Es la primera vez que paso por esto lares, jamás la había visto....—Mentí.— Discúlpeme, ahora mismo no tengo nada que ofrecerle, y-ya debo irme...— Me solté de su agarré, corriendo hacia el lado contrario rumbo a la salida.

—¡Espera!, ¿Cómo te atreves a huir así?, ¡La venganza será mía!— Gritó a lo lejos, aún con cierto tono de angustia que su irritante voz no podía ocultar.

¿Cómo no podrías reconocer a tu propia hermana?


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Quesadillas

[HIATUS] ¡Ya te dije que no soy una mujer! [Aether X Male! Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora