Capítulo 3

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Me senté y nada más sentarme tal y como había observado mientras volvía Rachel hablo.

— ¿Te has enfadado?

— No.

— Esta claro que lo estás, cielo yo no quería que te enfadaras —con su mano acaricio la mía— Sabes que soy muy tímida, es eso.

—Lo se, pero me ha sentado mal, no me digas porque —Ella apretó sus labios y miró al techo, mala señal, no quería hacerla llorar, no, no me lo perdonaría — Yo también quiero pedirte perdón por esta escena y la de la calle, no era para enfadarnos —Vi como su rostro se relajó, y esta vez fui yo quien acarició su mano —

— Entonces, ¿todo bien?

— Por mi parte si.

— Por la mía también. 

— ¿Que te vas a pedir cielo?

— He visto unos raviolis a la mesa de al lado que la boca se me ha echo agua.

— Pues esos. A mi me apetece una pizza.

— Por la noche la pasta engorda demasiado.

— Cielo eso da igual, comete algo que te apetezca.

— Ya pero...

— Cielo no te preocupes por eso, pídetelos, yo me voy a pedir esta pizza de espinacas.

— Eres de las pocas personas que les gusta esa pizza —comentó entre risas —

— Pues está buenísima, mmm y el pan de la casa también tiene buena pinta, eso también lo pedimos, ¡camarero! —lo llame—

— ¿Ya saben que pedir? 

— Si, mira deseamos el pan de la casa, una pizza de espinacas y los raviolis que tienen en la mesa de al lado.

— Nick —me miro Rachel preocupada, odiaba que se auto exigiera tanto con su cuerpo —

— ¿Eso es todo? — nos preguntó el camarero —

— Si.

— ¿Que van a querer los señores para beber?

— Agua — respondió Rachel , el camarero me miró a mi —

— Si, agua.

— Traeré una botella grande entonces, si me disculpan — y se fue—

— ¿Porque has pedido los raviolis al final?

— Porque es lo que querías.

— Pero —la corte antes de que volviera a mencionar lo del peso —

— Como me digas algo de sus calorías me enfado y esta vez de verdad. Vive la vida cielo ya lo quemarás.

— No hay gym en el hotel.

— Bueno entonces ya me encargo yo —ella me miró levantando una ceja —

— ¡¡Nick!! — me contesto roja al darse cuenta —

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