CAP. 18

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No tengo perdón, lo sé, me disculpo por ello. Solo puedo decir que tenía casi todo el capítulo escrito pero que no sabía como abordar el encuentro Dick-Mia. Estas cosas pasan... Mis más sinceras disculpas y espero que disfrutéis el capítulo.



"Si pudiera volver otra vez hacia atrás

repetiría mil veces todo lo que hemos pasado"          

Anticiclón (Leiva e Ivan Ferreiro)



Me desperté que pensaba que me estaba muriendo. No solamente tenía una resaca horripilante sino que además el resfriado estaba atacando con todas sus fuerzas, mi nariz estaba totalmente congestionada y estaba seguro que en breves empezaría a toser como una vieja y fumadora empedernida madame. Cuando abrí los ojos, a parte de encontrarme como una mierda, estaba de lo más deshubicado, no había estado antes en casa de Mia por lo que me llevó un par de segundos comprender que estaba en su habitación. Me estaba levantando, un poco avergonzado por la manera en que había llegado allí, es decir, lo de la serenata y mi patética declaración de amor cuando ella entró en la habitación, no parecía exactamente feliz pero tampoco enfadada.

― Buenos días, bello durmiente― me saludó con sarna. Yo le dediqué una mueca― ¿Qué? ¿Tenemos resaca?

― Me encuentro fatal― reconocí― perdona, no quería montarte un número esta mañana.

― ¿En serio querías cantarme una serenata?― se rió.

― ¡No te burles de mi!― le pedí― en ese momento me parecía una idea estupenda― y me volví a sentar en la cama cruzando los brazos enfurruñado.

― No es que no agradezca el gesto― siguió mofándose mientras se sentaba sobre sus rodillas, a mi lado, en la cama― es bastante romántico si te lo paras a pensar... y si lo haces bien.

― Ahórrame el sufrimiento y la vergüenza  y mátame ya.

― Tendría que limpiar la sangre y estoy disfrutando demasiado con esto― me dio un beso en la mejilla y se levantó de nuevo― Mi madre no tardará en llegar así que; o te vas a tu casa o te das una ducha y le decimos que te he invitado a comer. Ha sido un milagro que no se despertara esta mañana.

― ¿No hay una tercera opción, como seguir durmiendo?

― No― contestó rotundamente― y si eliges la de la ducha, que sepas que mientras roncabas te he cogido las llaves de casa y te he ido a buscar ropa limpia ¿se puede saber donde te metiste anoche? Estás asqueroso― me vino un flash de la noche anterior.

― Puede que me cayera en el baño...― ella puso mala cara― entonces definitivamente deberías ir a ducharte.


El baño de Mia era bastante pequeño, como toda la casa en realidad, pero como solo vivían allí ella y su madre era perfectamente adecuado. El piso estaba decorado de manera muy femenina y estaba limpio, limpio inmaculado. Me di una ducha rápida agradeciendo el agua caliente y cuando salí del baño Mia estaba en la cocina preparando algo que olía realmente bien. Iba a preguntarle que era lo que estaba cocinando pero tuve un ataque de tos y casi vomito los pulmones de tanto toser, Mia me miró preocupada y me tendió un vaso de agua que yo agradecí.

― ¿Te encuentras mal?― preguntó con expresión preocupada.

― Como la mierda...― respondí― Creo que tengo fiebre― estaba bastante seguro de ello. Mia puso su mano en mi frente para tomarme la temperatura.

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⏰ Última actualización: May 18, 2015 ⏰

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