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Sabado por la mañana y el sueño de Enid se veía interrumpido por un par de golpes a su puerta. Levantándose lo más rápido que pudo y sin preocuparse por su aspecto fue a abrir a quien se atrevía a despertarla.

─ Enid, ¿Por que tardaste tanto?─ Ajax la saludó con un fugaz beso.─ ¿Por que no te arreglas un poco? Parece que durmieron animales en tu cabello. Piensa en como me recibes.─ dijo casi riéndose de su propio chiste, para luego invadir el departamento dejando un par de bolsas en la mesa de la cocina y su saco en el sofa.

─ Estaría decente de ser que me despertaras a las... ─ vio el reloj colgado al lado de la puerta para asegurarse del horario.─ ¡Malditas ocho de la mañana, Petropolus!─ quién en su sano juicio se despertaba a esa hora un sabado totalmente libre, y aún peor, quién venía a despertar a otra persona, sin siquiera avisar, a tal hora.

─ Hey, no me hables de esa manera.─ el chico animado y carismático había sido desplazado por uno serio, aquél que causaba terror en Enid.─ Pensé venir para pasar un lindo rato con mi novia y crees que pudes gritarme así.

Odiaba el no tener cuidado con sus palabras al despertarse. Ella sabía que nunca se le levantaba la voz a su pareja, lo tenía aprendido por las malas, mas así lo hizo.

Un fuerte agarre en su muñeca se hizo presente, sin dejar que se mueva con libertad. Un empujón, bastante fuerte, hizo que su cuerpo cerrara la puerta detrás de ella.

─ ¡Auch!─ se quejó ante el golpe recibido.─ Me lastimas.─ su voz era sumamente baja.

─ Ahora resulta que yo soy quién hace el daño aquí. Es increíble.─ un nuevo golpe se hizo preste en su mejilla. Había sido una cachetada.─ Eso es hacer daño Enid.

─Perdón Ajax.─ un vago intento de calmar a su novio.─ Recién me despierto y no soy totalmente yo.─ se acercó al joven de pelo largo para tocar su brazo con la mano libre.─ Disculpame.

El chico la soltó bruscamente con su respiración agitada por las acciones realizadas. Viendola con molestia en sus ojos, como si haberla golpeado no hubiera sido suficiente para el.

─ Siempre tienes que hechar a perder todo. Al final me haces sentir como una mierda y culpable de todo.

La ahora apenada, Enid, junto su mano con la de el y lo guió hasta la cocina, invitandolo a sentarse.

─ Lo sé, y te prometo que no es mi intención.─ no quería conectar su mirada con el castaño.─ No quiero hacerte sentir así.

La más baja no sabía como hacer para lograr el perdón de su pareja, nunca pudo lograr que la perdonara durante toda su relación ¿Por que pensaba que algo cambiaría? Que al fin podría estar con el sin necesidad de gritos. Quería volver a las primeras semanas en donde empezaron a salir, cuando el chico no era así de violento.

─ Como sea.─ Ajax junto sus cosas.─ Gracias a ti, se me fueron todas las ganas de que tengamos un lindo momento juntos.─ sus últimas palabras antes de marcharse cerrando la puerta sin cuidado. Dejando a la chica sentada apoyada en la pared de enfrente.

Las lagrimas comenzaron a salir de aquellos dulces ojos de Enid. Sin preguntar, empezaron a caer de su rostro. Tocaron esa mejilla roja por el golpe que había sufrido. Y casualmente una cayó en la muñeca de la misma, donde anteriormente estaba la mano de su novio, inmovizandola, ahora se encontraban marcas de sus dedos.

Sin esperar que pasaran unos minutos la rubia se levantó, limpió sus lágrimas y volvió a la "normalidad", sintiéndose obligada a hacerlo, el temor que le tenía a su novio era mayor, pensaba que en cualquier momento volvería y le gritaría que se comportara, que no había razón para llorar. No sería la primera vez que la rubia se sentía así y por mucho que doliera, era poco probable que fuera la última.

Permíteme [Wenclair]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora