CAPÍTULO 18

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Antes de irse a España, Juan tenía programado el concierto en el Auditorio Nacional... No le digan a mi novio –se los suplico –pero una parte de mí tenía miedo de que no llenara el lugar, y cancelaran el concierto... Hubiera sido horrible.

 ÓPero para nuestra buena suerte, Juan había logrado un sold out, cada día que pasaba me sentía más orgullosa –y más enamorada –de este hombre, lleno de amor, de pasión por todo, tan puro, tan único. A pesar de que ya casi cumplíamos un año juntos, aún me sonrojaba cuando él lograba que todo un auditorio me volteara a ver, justo después del encore de la presentación, mi novio me dedico Contigo puedo ser quien soy... Y bueno, yo como toda una niña, no pude evitar llorar de emoción.

Ese día había sido perfecto, mi novio y yo íbamos saliendo del Auditorio y caminábamos hacia el auto, cuando apareció uno de los comandos.

Yo hubiera preferido que fuera el de "la otra Claudia", Montse.

     -Buenas noches... Pero no tanto como tú –le gritó Vanessa a Juan, y de inmediato volteé para asesinarla con una mirada.

     -Hola –respondió mi novio, con frialdad.

     -¿Todo bien bebé? –le dijo la otra tipa, retándome con la mirada.

     -Eso mismo quiero saber.

     -No –dijo Vanessa, y se hizo un silencio incómodo entre nosotros, y su grupo de 10 personas.

     -Yo quiero decir algo –me adelanté, quedando más cerca de Vanessa, tenía unas ganas locas de dejarle un ojo morado para que realmente me acusara de salvaje, sentí a Juan tras de mí, tenso –no sé cual es su problema, pero tampoco me importa; no voy a pelarme con nadie, solo quiero que sepan que estoy dispuesta a olvidar sus malos tratos, y esto –señalé la pequeña marca que tenía en la mejilla –yo solo quiero que Juan esté bien con ustedes.

     -Creo que deberías de empezar por ser más sincera –respondió Vanessa, cruzada de brazos.

     -Esta bien –me acerqué más a ella –no te soporto.

     -Bueno –comenzó mi novio y me atrajo hacia él –Voy a decirles algo, no voy a permitir insultos a mi novia, espero que comprendan que estoy muy enamorado, y aprendan a compartir mi felicidad.

     -Flaco, te espero en el carro –le dije, luego lo besé y me alejé.

Juan tenía que hablar con ellas y lo mejor era que me ausentara, si me quedaba un poco más de verdad iba a ahorcar a esa zorra.

Yo sé que una mujer puede ser coqueta, pero no con los hombres con novia, y menos tan descaradamente, eso no se perdona.

Después de veinte minutos hablando, Juan llegó al auto y subió, estaba tranquilo, al parecer nadie lo había hecho enojar.

     -¿A mi casa? –dijo, mientras yo buscaba una canción en su iPod.

     -A su casa, comandante.

Y ahora fui yo la que comencé a cantarle a Juan, nada más por darme el gusto de ver su sonrisa.

     -Si te llamo cielo volteas, si te llamo sol te me escondes, si te digo estrella me sonríes si desnudando la noche; no sé si llamarte poesía, no sé si llamarte picardía, no sé si relacionarte con la realidad o la fantasía –le canté, él tenía una sonrisa de oreja a oreja, comenzó a cantar conmigo.

Alguien como yo [Juan Solo Fanfiction]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora