CAPITULO 6

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" @SoyPauGP: de esas veces en que le das a alguien el poder para desmoronar tu corazón... En el mejor sentido. #Nervios. C="

Ya no hallaba la forma de distraerme, las horas pasan despacio cuando esperas un momento... Con alguien especial. Deambulé por mi recámara una, dos, tres veces; tomé un libro que intentaba terminar de leer -era "las ventajas de ser invisible" -pero mi intento por concentrarme fallaba, yo sólo quería que la hora en que tenía que salir llegara... Cuando Juan me mandará un texto para avisarme que estaba afuera de mi casa.

Y de pronto, esa adrenalina me provocó un desgaste de energía repentino, que logró dejarme sentada en mi cama sobre mi pierna izquierda, dibujando formas en el edredón color magenta que cobijaba mi cama; en ese momento sonó el timbre y le resté importancia. Mi hermana entró a mi recámara y en su mirada había confusión, emoción, asombro, se quedó parada en la puerta.

-Abajo... -supe lo que seguía -te esperan.

-Es Juan, ¿verdad? -ella solo asintió con la cabeza -le dije que no era buena idea -dije para mi -ahora bajo.

-Ok. -y la vi irse a su recámara.

Bajé por las escaleras y escuche a Juan riéndose... ¿con mi mamá?

-Hola -le besé la mejilla.

-Hola Pau, no me pude resistir a entrar -dijo Juan.

-¿Por qué nunca me dijiste que él era tu amigo?

-Pues... -me interrumpió él -creíamos que no era buena idea, pero nos equivocamos.

-Ya me contó cómo se conocieron, con razón no le lloraste tanto a ese dije.

-Está en buenas manos -dije con una sonrisa.

-Bueno, me encantaría quedarme pero el camino es largo, ¿nos vamos?

-Si claro, mamá regresó temprano, promesa.

-Ana Paula -me gritó para asegurarse de que la escuchara, regresé a donde ella -¿y el suéter?

-Ahorita lo bajo -puse los ojos en blanco y me reí ¿qué tenían las madres con los suéteres?

Salimos de mi casa y subimos al auto de Juan, me abroché el cinturón y el encendió el vehículo, después me miró con una sonrisa de esas que esconden sorpresas y me dijo:

-¡Aquí vamos!

...

Mi sorpresa se llamaba Six Flags, uno de mis parques de diversiones favoritos... Entramos y yo estaba muy emocionada porque en octubre había muchas atracciones de terror... ¡noche, llega ya!

Nos subimos a varios juegos mecánicos, de pronto Juan tenía un gesto de mareo -me dio mucho miedo que se desmayara -la mañana se nos fue en risas, no faltaron las chicas que le pidieron fotos después de reconocerlo, y eso sinceramente me preocupó, ¿y si pensaban que yo era su novia?

Después de recorrer medio parque, elegimos un restaurante con "taquitos" para comer, y al calor de refrescos de cola comenzamos mi parte favorita: la charla.

-Te acordaste de que me gustaba venir aquí.

-Lo tengo todo grabado -dijo señalando su cabeza.

-Eres súper cool.

-No, los tacos son súper cool -y dio una mordida al suyo cerrando los ojos, lo estaba disfrutando.

-Bueno, también -respondí entre risas.

-Tu mamá me cayó muy bien... ¡Y le gustan mis canciones!

-Claro -exclamé -¿Creías que no iba a servir mi terapia intensiva de amor?

-Estoy sorprendido, doctora...

-Su negación ante Juan Solo fue curada con la magia de la música.

-Ahora debería de tratarme a mí -me dijo con un tono extraño, yo diría que un tanto seductor.

-¿Y cuál es su mal? -me acerqué a él, que estaba recargado sobre su diestra, mirándome.

-Tengo mal de amores.

-Hmmm -lo miré por unos segundos, y retrocedí -y con eso ¿cómo se siente? -Juan rompió en risas.

-Pues... Mal del corazón.

-¿Sí sabe usted que el hipotálamo es el que produce lo que llamamos amor?

-Pues entonces, estoy mal del hipotálamo -seguía riendo.

-Ya basta -me reí con él -como psicóloga soy malísima.

-Y tú chiste del hipotálamo ya está muy viejito -dijo con un tono infantil. -Bueno, ya comí, ya bebí... Ya no me hallo aquí, -me reí -¿nos vamos princesa?

-Lo sigo, comandante.

Nos levantamos y pasamos el resto de la tarde entre risas, en punto de las seis íbamos pasando por el "Pueblo Vaquero" y noté que estaba acordonada la zona, había muchas personas cerca y una música tétrica... ¡Al fin!

Juan caminó más lento, llegó un momento en el que sentí que lo estaba jalando -íbamos tomados de la mano -así que decidí voltear para descubrir qué tenía, hasta que se quedó totalmente inmóvil.

-¿Estás bien?

-Ño -dijo.

-¿Motivo? -me subí a la banqueta para alcanzar su mirada.

-No me gusta. -Señaló el desfile de zombis. Hice un puchero.

-Pero si es mi parte favorita del día.

-La noche -me corrigió -pero... Quizá tú me puedas ayudar a superar mis miedos -me rodeó por la cintura con sus brazos, manteniendo cierta distancia.

-No te preocupes, soy cinta negra cazando zombis -coloqué mis brazos sobre los suyos, no sabía qué más hacer.

-Y robando corazones... -susurró y me besó, tiernamente, corto... Pero tan largo como el infinito, y lo rodeé con la diestra colocando la palma sobre su nuca, sentí como me abrazaba para acercarme más a él, todo era perfecto, no importaba la música tétrica, ni el desfile... Sólo ese beso.

Y cuando terminó, nos quedamos cerquita el uno del otro, con los ojos cerrados y en silencio, yo tenía una sonrisa, y estaba segura de que él también, el sueño de mis últimos 2 años era real... ¡Real! Estaba con él y me sentía la mujer más dichosa, no porque fuera famoso, ni porque yo fuera una fanática... Para ser sincera, desde el momento en el que desayunamos creo que dejé de serlo, éramos amigos, a cada día no pedía más que mirar esos ojos rasgados, me encantaba escucharle reír, o cuando de la nada comenzaba a bailar tomando como tiempo el ritmo del silencio.

En ese momento un hombre disfrazado de payaso se acercaba a nosotros con un bote metálico lleno de monedas, y comenzó a sonarlo en el oído de Juan mientras gritaba malévolamente... Mi príncipe se aterrorizó y se refugió en mis brazos.

-¡Ah! -gritó, no pude evitar reírme.

-Tranquilo -lo abrazaba fuerte, él estaba escondido en mi cuello.

-¿Ya se fue? -preguntó sin asomar el rostro.

-Sí, ya.

-Maldito -se quejó -¿Cómo te puede gustar eso?

-Miedoso.

-No soy miedoso, solamente no le veo el chiste a pagar por sufrir.

-¿Quieres que nos vayamos?

-Mmm, no, si tú quieres estar aquí; nos quedamos.

-¡Vamos al bosque!

-Ok -respondió con miedo en la mirada, me rodeó con su brazo y caminamos hacia la atracción.

Alguien como yo [Juan Solo Fanfiction]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora