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Sentí un dolor muy fuerte. La fuente me rompió.

—¡Brianna! —grité.

—¿Qué pasó?

—Ya voy a dar a luz. Ayúdame con la maleta.

—Mamá, ya va a parir. Ven.

Bajamos las escaleras y justo Néstor venía entrando.

—¿Qué pasa?

—Ya va a nacer.

Me ayudó a subir a la camioneta. A los minutos, entramos al hospital. Me comenzaron a prepararme para el quirófano.

—Dios, te pido que si no salgo, cuida a mi hijo.

Me metieron a quirófano y al minuto entró Néstor.

—Aquí estoy. Aprieta mi mano.

—¿Mis papás vinieron?

—Están afuera con mi ama y las plebes, también los chapitos y doña Ale.

Asentí.

—Ya casi, puja, puja, Aracely. Ya viene.

—Vamos, una más.

Apreté su mano al pujar más fuerte.

Se escuchó su llanto. Nació mi hijo. Lo pusieron en mi pecho. No pude evitar soltarme a llorar. Le di un beso en su cabeza. Néstor ayudó a cambiarlo. Era muy bonito ver cómo lo veía; sus ojos brillaban.

—Gracias, amor —se acercó a mí, dándome un beso en la frente, con el Niño en brazos. Apreté su mano.

—Néstor, prométeme algo.

—Aracely, luego podemos hablar.

—Lo miré a los ojos.

—Cúidalo. Ámalo tanto como lo hubiera hecho yo.

—¿Por qué dices eso ahora?

—Cúidalo.

No pude evitarlo. Cerré mis ojos. Quería quedarme con ellos, pero no podía más. El dolor era muy fuerte y cada vez me sentía más mareada. El aire me faltaba.

Néstor apretó mi mano.

—Aracely, despierta, mi amor. Despierta.

—Doctora, haga algo, puta madre. Aracely, despierta.

La moví.

—Salga de aquí. Tenemos que hacer algo por ella.

Las enfermeras se llevaron a mi hijo y a mí me sacaron al pasillo.

—¿Qué pasó, hijo?

—Aracely, ama.

Se me cortó la voz.

—¿Qué tiene Néstor?

—No sé, chaparra. Solo me dijo que cuidara a Gael y cerró los ojos.

Pase mis manos por mi cara.

—¿Por qué no se mueven? ¿Por qué no preguntan por Aracely? ¿No les importa?

—Néstor, es que Aracely...

—Ella... Roxana...

—Ella nos dijo que esto pasaría.

—¿Cómo?

—Aracely tiene una enfermedad que le impedía esto, pero como tú le dijiste que lo tendrían, pasará lo que pasará. Y la vez que la intentaste matar fue por eso. Su cuerpo rechazaba a Gael y no fue ella la que provocó la amenaza.

—¿Por qué no me dijeron nada?

—No quería que supieras. Al tiempo, se encariñó con Gael y le dieron a escoger entre ella o Gael. Por eso...

—No, no me digan eso.

—Por eso me dijo que cuidara de él, Gael.

Asintió.

—Familiares de Aracely Velasco.

—Yo.

Me acerqué.

—¿Ya se lo dijeron a la doctora sobre la enfermedad? ¿Qué pasó con ella?

—Aracely...

Suspiró.

—Cayó en coma.

—No, puta madre.




—YSSSSSPBBY

NO ERES TÚ SOY YO |NIPS |09|19 | NINIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora