Capítulo 7

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Era obvio que la familia de Donghae no estaba muy emocionada con su petición, pero maldita sea si Hyukjae iba a preocuparse por eso. En este momento, su necesidad de ver al hombre y asegurarse de que estaba verdaderamente bien hacía caso omiso a cualquier otra emoción. Y estaba sosteniéndose de toda su disciplina para no empujar más allá de ellos y correr al lado de Donghae. Todo dentro de Hyukjae, todos sus instintos, los humanos y los animales, estaban gritando que fuera a por lo que era suyo y lo protegiera.

«¿Suyo?» Ahora, ¿de dónde vino ese pensamiento?

Claro, él se sentía atraído por Donghae y no había ninguna duda en su mente de que con el tiempo ellos joderían, pero después de eso, todo se habría acabado. Felinos y aves no se mezclaban, y punto. Si esto fuera una historia de dibujos animados, todo estaría bien, pero la realidad era que estas dos especies no se llevaban bien. Lo único que faltaba eran los yunques y una loca banda sonora.

Aunque era inútil. No importaba lo que su interior incrédulamente dijera, tan pronto como Hyukjae vio a Donghae acostado en la cama del hospital, se sintió impotente y quería correr a su lado. El hombre tenía los ojos cerrados y se veía más pálido que antes. No llevaba nada de la cintura para arriba, a excepción de un gran vendaje que le cubría el hombro. Todo estaba en silencio, salvo por el leve giro procedente de la bomba intravenosa y los suaves pitidos del corazón procedentes del monitor. Un alto hombre nativo americano con bata blanca de laboratorio se inclinó sobre una placa situada junto a la cama y escribió algunas notas en la ficha.

—¿Cómo está, doctor? —preguntó Yunho.

—Tú deberías preguntarme por qué lo estoy haciendo, —el médico se quejó—. Soy yo el que ha tenido que perder mi precioso tiempo— se inclinó sobre su ingrato papeleo—, porque él fue demasiado estúpido como para cambiar tan pronto como lo hirieron.

—Eso fue culpa mía —Hyukjae se sintió obligado a defenderlo—. Estaba tratando de protegerme. —Sus dedos quemaban con la necesidad de llegar más cerca y darle a Donghae una suave caricia en la frente. Luchó contra ello, cerró sus puños fortísimamente para controlar el impuso.

—Bueno, entonces ambos deberían haber cambiado y salvar su culo. —El médico incluso ni levantó la mirada de sus papeles mientras pronunciaba el mordaz comentario.

Puesto que Hyukjae iba a morir antes de admitir su debilidad a nadie más que a Donghae, solamente dijo: — Estaba nevando bastante duro y el vuelo hubiera sido, en el mejor de casos, difícil.

—Sin embargo, los Cuervos aún fueron capaces de lanzar un ataque —señaló Yunho al poco.

Cogió el camino más rápido de lo que Hyukjae esperaba. —Es cierto, pero no podían permanecer en el aire a largo plazo. Esa es la única razón por la que fuimos capaces de marcar distancia. —Ahora, eso solo era parte de la verdad. Hyukjae no tenía duda de que la tormenta les había salvado la vida.

—Detener el interrogatorio —murmuró Donghae, con los ojos todavía cerrados.

Hyukjae sintió una agradable sorpresa al escuchar la voz del hombre.

—Hey, ¿cómo te sientes? —Jin dio un paso más cerca y apretó la mano contra la mejilla de Donghae. La fiebre debía haber desaparecido, porque el felino le dio una sonrisa de satisfacción antes de relajarse de nuevo.

—Me duele el hombro. —Las palabras de Donghae salieron lentas y con un tono rasposo, como si no estuviera allí. Con sus ojos abiertos en pequeñas rendijas, fijó su mirada somnolienta en Hyukjae—. Ven aquí.

Hyukjae obedeció, dando un paso más cerca.

Donghae extendió su brazo bueno, sus movimientos descuidados.

Serie de los CP 02 - Una Navidad SalvajeWhere stories live. Discover now