Capítulo 10

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—¡Intrusos! ¡Intrusos! ¡Infieles! —gritó Angus cuando salió corriendo de su choza.

—Querido Señor, ¿sólo lleva unos calzoncillos térmicos? —preguntó Donghae con las comisuras de su boca torcidas en un intento de contener la risa.

—Sí —gimió Hyukjae cerrando los ojos para ocultar su vergüenza. Para empeorar las cosas, su tío ni siquiera llevaba las cosas decentemente. No sólo estaban sucios, sino que el blanco se había convertido en gris, además tenían varios agujeros en lugares estratégicos, lo suficiente como para que todos tuvieran pesadillas el resto de sus días.

A pesar de que la mayoría de los cambiaformas envejecían lentamente, el año había sido muy duro para Angus y se le notaba. Su salvaje melena, que una vez había sido oscura, ahora era gris, coincidiendo con su enmarañada barba que le llegaba hasta el pecho. Tenía una barriga cervecera y su piel cuarteada parecía que se había estado cociendo bajo el sol desde hacía un siglo. —Como os dije, es como las papas fritas de los Happy meals —explicó Hyukjae, a modo de disculpa.

—Para mí que eso es demencia —observó Jin cuando llegó hasta ellos—. Doc Jin me dijo que los cambiaformas pueden desarrollar esa enfermedad igual que los humanos. ¿Siempre ha sido tan grave?

Normalmente él está mejor, no es tan malo. —A pesar de todas las duras palabras que Angus le había lanzado en los últimos años, todavía le dolía a Hyukjae ver a su una vez orgulloso tío reducido a esto.

—¡Danny, hijo mío! —Chilló Angus, sus ojos vacíos tuvieron un breve momento de lucidez—. Me he estado preguntando cuándo ibas a venir. Ha pasado tanto tiempo desde que jugamos por última vez al póker.

—Joder —respiró Hyukjae en voz baja. No había jugado a las cartas con su tío desde antes de los ataques. Esto se ponía cada vez peor. Si hubiera olvidado las dos últimas décadas, entonces, ¿cómo les iba a decir la ubicación de los felinos perdidos?

—Tenemos un problema aún más grande que los juegos de póker —Amber señaló al cielo.

Hyukjae se tragó una maldición al ver una ola tras otra de Cuervos descendiendo sobre ellos.

—¿Cómo demonios sabían que iba a estar aquí? — gruñó Donghae.

—¡Maldita sea! Todo el mundo en formación de ataque —gritó Yunho, levantando el rifle semiautomático y comenzando a disparar.

Angus se detuvo en seco, su cara curtida llena de miedo mientras miraba al cielo. Su boca se abrió y se cerró varias veces, mostrando sus dientes podridos y amarillentos.

—Llévalo a un lugar seguro—ordenó Donghae a Hyukjae—. Nosotros nos encargaremos de esto.

Hyukjae hizo una pausa, dudando entre quedarse con el hombre por el que se preocupaba profundamente o ayudar a los demás. Entonces se dio cuenta de que si Angus moría, la ubicación de los felinos perdidos se iría con él. Dejando escapar una maldición, Hyukjae cruzó el claro para llegar hasta su tío antes de que un cuervo lo derribara.

—Han venido por mí, ¿no? —preguntó Angus con la mirada mucho más clara.

Hyukjae sabía que el halcón estaba lúcido por el momento. —Sí, lo han hecho. —Hyukjae lanzó su brazo sobre los hombros de su tío y se lo llevó dentro. Una vez que cruzó el umbral, el olor de la putrefacción y la basura lo golpeó tan fuerte que se preguntó si tal vez no sería mejor estar con todos los combatientes.

—Ellos me van a matar —se lamentó Angus lastimosamente.

—Sí —respondió Hyukjae sin rodeos—. A menos que les des a los felinos lo que quieren. Si lo haces, entonces te librarán de los Cuervos.

Serie de los CP 02 - Una Navidad SalvajeWhere stories live. Discover now