prologue

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2009, Seattle.

Emma Servopoulos solo tenía tres años de edad cuando el mundo se fue a la mierda.

Recordaba como su madre y su padre la sacaron a trompicones de su casa porque su abuela había tratado de morderle la cara.

Su madre le había agarrado la mano mientras su padre le disparaba a su abuela y está quedaba inmóvil en el suelo, su padre había matado a su abuela.

O lo que quedaba de ella.

Emma recordaba que no había podido dormir bien por tres semanas enteras, porque cuando cerraba los ojos veía a su abuela comiéndose a su cachorro y al verla tratando de morderle la cara.

Cuando su madre le dijo que estaba embarazada, perdió los estribos, enfureció.

Simplemente no podía creer que alguien naciera en ese mundo, más sabiendo que tenías que correr, matar y robar para sobrevivir.

Era una mierda, era una mierda y Emma lo sabía.

Sabía que no era culpa de su futuro hermano/hermana pero no podía evitarlo, sin conocerlo previamente comenzó a desarrollar una especie de odio.

No le gustaba como se sentía, quería sentirse contenta pero cada vez que su hermano/hermana era mencionado ella ponía mala cara y rodaba los ojos.

Ella había tenido que aprender a cazar, usar armas y saber todos los buenos ángulos para matar a un infectado, todo eso con tan solo nueve años.

Los niños normales de nueve años no hacían eso, ellos solo jugaban, veían televisión y hacía cosas que un niño de nueve años haría.

Emma Servopoulos había visto cosas que ningún niño de su edad debería haber visto.

En la pequeña casa, su madre Tess, estaba sentada en una silla mecedora mientras se limaba las uñas.

La niña de nueve años recogió su cabello en una coleta y lo amarró con una liga.

─Mamá─Tess miró a su hija─Iré a buscar un libro en el sótano, no me tardo─Tess asintió y Emma se fue de la sala.

Miró las escaleras que conducían al sótano y bajó a este lentamente, el sótano era escalofriante, siempre miraba a todos lados y caminaba con cuidado por miedo a encontrar a un infectado.

Seguía bajando las escaleras hasta llegar al viejo y polvoriento sótano, tanteó las manos por la pared hasta llegar al interruptor.

Sintió el interruptor debajo de sus dedos y lo presionó, la luz parpadeó un poco pero se encendió, Emma bajó las escaleras restantes y llegó al suelo comenzando a caminar hasta encontrar un estante en dónde habían varios libros.

Saltó un poco para agarrar el libro que quería pero no lo alcanzó, saltó otra vez pero falló.

Y cuando iba a saltar por tercera vez algo le agarro el tobillo y la tiró al suelo.

Emma miró hacia atrás asustada y vió a un corredor tomando su tobillo y jalandolo hasta aproximarlo a lo que parecía ser su boca.

Emma, con una fuerza que no sabía que tenía, jaló su tobillo fuera del agarre del corredor y comenzó a correr escaleras arriba con el infectado pisandole los talones.

knee socks ★ the last of usDonde viven las historias. Descúbrelo ahora