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Pasar navidad con la familia Sano había sido increíble, luego de que con Draken acabáramos con casi una pandilla entera y que Mikey se nos uniera, el rubio de baja estatura me llevó a pasear por Tokio en su motocicleta, disfrutando de los fuegos artificiales que iluminaban el cielo

Sobre el beso que nos dimos no dijimos absolutamente nada el resto de la noche y lo agradecía, porque me sentía muy avergonzada y confundida por ello

Cuando me dejó en la puerta del edifico esa madrugada, me despedí igual que lo hacía siempre, y al llegar a mi departamento me encerré en mi habitación, tirándome en mi cama suspirando

Las almas gemelas no me importaban en lo más mínimo, jamás creí que pudiera sentir algo por mi alma gemela si la encontraba, pero allí estaba, suspirando como una adolescente hormonal por una persona que conocía desde hacía un par de semanas

¿Qué sucedía conmigo? ¿Por qué me hacía sentir de esa manera?

No lo sabía, pero intenté descubrirlo, durante los siguientes días me concentré en entender que era lo que pasaba conmigo, que era lo que sentía

Aunque al comienzo me negaba a aceptarlo, lo descubrí al segundo día que pasé sin saber nada del rubio

Mikey no me escribió ni me pasó a buscar por dos días, por un momento creí que al no hablar de lo sucedido quizá él se había arrepentido de besarme y no sabía cómo mirarme a los ojos, o peor aún, que se había arrepentido de todo, pero al tercer día Emma apareció en la puerta de mi departamento con la noticia de que su hermano estaba enfermo y que la había enviado a buscarme porque quería verme, gracias a lo cual estaba haciendo un berrinche y se negaba a tomar su medicina o comer

Todas mis inseguridades desaparecieron cuando llegué a la casa de los Sano y entré en la habitación del rubio, encontrándomelo acurrucado en su cama, completamente dormido con sus mejillas sonrojadas y sudado por la fiebre que tenía

Luce como un ángel- susurré sentándome en el borde de la cama, toamndo un paño húmedo, el cual puse con cuidado sobre su frente

Solo cuando duerme- bufó Emma- es una patada en el trasero, anoche no pude dormir por cuidarlo- se cruzó de brazos- y encima se negó a tomar su medicina porque le dije que no saldría de la casa cuando intentó ir a verte, es peor que un niño

Es adorable- sonreí de lado sin dejar de recorrer su rostro con el paño húmedo- no te preocupes, me encargaré de él, ve a descansar un poco

¿En verdad?- me miró dudosa

Si, vete- sonreí levemente- yo cuidaré de él

Vi a la rubia salir de la habitación y como dije me encargué de cuidar a Manjiro, destapé un poco su pecho, así poder pasar el paño por esa zona intentando que bajara un poco la temperatura de su cuerpo

Mamá...- susurró sin abrir los ojos y me quedé completamente halada, viendo como pequeñas lagrimas caían por sus mejillas

Shhh- apoyé mi mano en su mejilla, acariciándolo lentamente, notando como poco a poco se iba calmando- tranquilo

Suki- suspiró

No pude evitar sonreír al escuchar mi nombre salir de sus labios y me incliné hacia él, dejando un beso en su frente con cariño

| Colors | Manjiro "Mikey" Sano | +18 (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora