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Aerys Targeryan

Un estaba en el suelo, tirada, como cualquier basura, ya habia dejado de llorar,solo oí a lo lejos los lloriqueos de Lucerys, aún a mi lado, en el fondo estaba avergonzada, y otra parte de mi ya no le importaba menos, estaba tan acostumbrada a este trato, que se volvió una rutina diaria, despreciaba a mi madre, ¿que derecho tenia ella de golpear una princesa. Ella ni siquiera era mi sangre Targeryan.

Había llorando.,como una niña pequeña siempre que pasaba, ya no le permitiría que tuviera ese poder sobre mi de nuevo, tenia que aprender a ser fuerte, mas que ella, mas que mis tontos hermanos, mas que el mismo rey, por que de lo contrario, todo el mundo me pisaría como una maldita puta, como hasta el día de hoy solían hacerlo.

También me sentía culpable, un poco mucho, mi hermano había perdido un ojo por falta de mi descuido, estaba consiente que ese peso lo llevaría hasta el día de mi muerte, Aemond siempre me protegía, incluso de nuestra madre, y yo no había podido pagarle igual,aun.

Pero me prometí ser más fuerte, por el, por Aegon, por Helaena, por mi padre.. y por mí.

Me dio un vuelco al corazón, nuevamente, viendo como había convivido con el infante hace unos minutos, o tal vez horas.., esta era una traición,hacia mi hermano, mi familia, pero aún hací no se sintió mal, se sintió reconfortante, como si era algo que yo necesitara, era extraño.

Me pregunto como había pasado a esta situación, vi al niño,abrasándome por la cintura, llorando, como si hubiera sido el afectado. Sonrió inconsciente, ¿como era posible que la gente lastimara con sus palabras a un dulce niño como el?

En silencio, agradecí el pequeño detalle, de estar ahí , en ese momento, consolándome, el pudiera haberse ido, de la situación incomoda que había visto, era obvio que el no estaba acostumbrado a ver esas cosas, su madre y su familia lo trataban como un ángel, pero aun haci se quedo, para saber como estaba, y eso se sintió bien, saber que a alguien le importaba, ya sea, vagamente, nosotros nunca tuvimos una relación amistosa ni nada, ni siquiera hablamos mas de cuatro veces cuando estaba en Kings Landing, pero recordé como mis hermanos lo molestaban a el y a su hermano, pero sobretodo a el, se lamento al no haberlo ayudado y solo haberlo visto.

— Gracias, Luke.— le susurro, intentando abrazarlo, torpemente.

Yo en el fondo sabia,perfectamente, que esta situación no hiva a cambiar, solamente para peor, con mi madre, con el reino,todo.

Sentía un ambiente de intranquilidad en la nuca, como si algo se aproximará, lentamente, detrás de mi.

—¿Gracias por que Erys?

Erys.. se oía bien.

—Por quedarte. — dude un poco antes de decirlo.

—¿podemos ser amigos ahora?— me pregunto, dejando ver su cara, con una gran sonrisa, aun con lagrimas amenazando con caerse por sus mejillas.

—Claro que si, Luke, pero tienes que volver con Rhaenyra, seguro esta buscándote.

—Si—chillo emocionado.— le dire a mami que somos amigos ahora, pero ¿puedo pedirte una cosa?

Me pregunto, dudando si pregúntamelo, solo asentí, volviendo a acariciar sus rulos.

—¿Podrías acompañarme a su habitación?

La pregunta me hizo reír de la ternura, en ese momento, se me olvidaron todos mis problemas, olvide hasta que era hija de Alicet Higtower.

Cuando salimos de la habitación, Sir  Rickard nos siguio, llendo unos pasos más detrás.

Dragon blood - Lucerys Velaryon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora