Serie besos - 3

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• Universidad
• Mundo sin quirks

El día de mi cumpleaños me negué a celebrarlo

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El día de mi cumpleaños me negué a celebrarlo. Estaba atravesando una mala época en mi vida y el primer año de universidad no ayudaba. Lo que menos quería era hacer una fiesta y parecer que no me ocurría nada.

Aquel fin de semana me marché de la residencia y me resguardé en casa de mi madre esperando que nadie viniera a comprobar si estaba allí. Al menos, ella sabía cuando dejarme mi espacio cuando me sentía así.

Levanté la cabeza del sofá y vi a mi madre trayéndome un bol con snacks y un refresco. Todo acompañado de una gran sonrisa. Intenté corresponderle el gesto y le agradecí.

—¿Tus amigos te han felicitado? —se sentó a mi lado acariciando mi espalda. Hice un sonido de aprobación— ¿Y el chico rubiecito? —me quedé pensando, dándome cuenta de que no me había dicho nada en todo el día.

Bakugo era un estudiante de segundo año con el que, al principio, solo me había cruzado un par de veces por la residencia. Era el mejor amigo del novio de mi mejor amiga, por lo que a veces coincidíamos en la cafetería o similares.

Poco a poco mantuvimos conversaciones intentando ignorar los besuqueos constantes de nuestros amigos. Y así empezábamos a pasar el tiempo con el otro. Buscábamos aquellos ratos libres entre clase y clase donde poder ir a algún rincón y hablar pacíficamente. O simplemente le obsequiábamos al otro con un café cuando no teníamos demasiado tiempo.

Con el tiempo, empecé a desarrollar ciertos sentimientos por él.

—No.

—Pero le dijiste que hoy era tu cumpleaños, ¿no? —asentí— Debe... Estar ocupado...

—Tranquila mama, no importa —pero de verdad me dolió pensar en que ni siquiera recibí un "Buenos días".

—Oh, ¿No estáis bien? —me sonrojé al darme cuenta que ella pensaba que salíamos.

—Mamá, no es mi novio.

—Aún —sonrió dándome un codazo. Negué con la cabeza agarrando el primer snack del bol.

—Vamos a mirar alguna peli, mañana quiero volver a mi residencia —no se opuso aunque no le hiciera gracia la idea.

Estuvimos viendo Pretty Woman y Kill Bill, pero al poner la segunda, justo cuando Uma Thurman explica lo ocurrido en el volumen 1, el timbre la interrumpió.

Mi madre se levantó del sofá apoyando una mano en mi pierna evitando que me levantara yo. Contestó al telefonillo y abrió la puerta, de reojo pude verle una sonrisilla que a mi no me hacia ninguna gracia.

—¿Quien es? —pregunté intentando poner un tono desinteresado.

—Una sorpresita que yo tampoco me esperaba —sonrió aún más. No sabia si alegrarme, por ver a mi madre contenta, o asustarme, por la misma razón.

El arte de amarte - Katsuki Bakugō One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora