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Hoy Mikey le había pedido que avisará cuando estuviera en la puerta, eso era una petición bastante extraña, no era su cumpleaños ni nada que ameritara alguna sorpresa, pero era Mikey, el dulce Manjiro por él que haría cualquier cosa, bueno, casi cualquier cosa, excepto saltar sobre él porque era un Alfa con gran autocontrol y tenía la felicidad de Mikey sobre todo. Eso no le impedía desear e imaginar ciertas cosas, pero eso era diferente.

Avisó obedientemente cuando estaba en la puerta de la casa y esperó un largo minuto, pero nada pasó.

Su celular vibró, era Mikey.

Gatito😺 "¿Qué esperas? Entra ya"

Entre varias cosas que había aprendido, estaba que Mikey podía ser un Omega completamente dulce y amoroso la mayor parte del tiempo, pero también sabía ponerse firme cuando era necesario (sobre todo poner límites a los chicos, o incluso a él mismo algunas veces), y a veces salía a la luz un lado mandón. No lo dejaba ver frecuentemente, pero a veces solo salía entre frases, como era. Y por alguna razón darse cuenta de esas cosas lo hacía inmensamente feliz.

Sonriendo, guardó su celular y entró.

— Bien, bien, estoy entrando, creí que tenía que-

Se calló porque Mikey estaba allí a solo un par de metros de la puerta. Kyoko, de ya un año, estaba de pie, solo con el apoyo que le daba Mikey desde atrás tomando sus manos.

Ryoko estaba cerca de ellos, cerca de un trípode que parecía tener el celular grabando todo.

— Mira quién llegó, cariño, vamos, ve con papá.

Takemichi había decidido llevarse a la tumba el secreto de cómo su corazón tartamudeaba cuando Mikey llamaba Cariño o algún apodo cariñoso a los chicos, o cuando lo llamaba papá frente a ellos, o cuando usaba esa voz dulce y suave, con un toque maternal; Y siendo honestos, su corazón ya tartamudeaba por que solo existiera y estuviera allí frente a él, con ese aroma floral y dulce que lo enloquecía.

— Pa-pá — Kyoko aún ponía una pausa entre sílabas para hablar, pero cada vez tenía más palabras.

Papá sin duda fue una que empezó a usar poco tiempo después de que Ryoko comenzará a llamarlo así.

Kyoko sacudió sus brazos y Mikey parecía emocionado mientras la soltaba.

Eran sus primeros pasos.

Disparejos, vacilantes y con los brazos algo alzados para mantener su equilibrio, y era lo más hermoso que Takemichi había presenciado.

— E-eso princesa, ven aquí, ven con papá.

Kyoko llegó casi tropezando, pero alcanzó a tomarla en brazos y la alzó tan alto como pudo, Kyoko amaba eso, reía emocionada.

— ¡Increíble, princesa! Ya me recibes caminando.

— Dejame, dejame, lo hago yo— Ryoko quería el celular que Mikey había alzado para seguir grabando.

— Aquí, sujetalo bien, perfecto—Mikey lo guiaba mientras también lo levantaba a él.

— No puedo creer que ya camina— Mencionó mientras la ponía cerca de su pecho y miraba a Mikey.

— En verdad lo hizo durante la tarde, así que intentamos que volviera a hacerlo ahora. Quería darte esta sorpresa.

— Es hermoso, gracias por grabar, necesito que me envies ese video.

— Claro que sí, hay que respaldarlo en todos lados para tenerlo por siempre.

𝖺𝗅𝖿𝖺 𝖾𝗌𝗍é𝗋𝗂𝗅 ; 𝘁𝗮𝗸𝗲𝗺𝗮𝗶 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora