Esa noche...
-Creo que me ascenderán Alma, me mando llamar el patrón- dijo Alex mientras caminaba junto a mi por el pasillo angosto de el centro de producción de la droga, era frío; estaba unos metros bajo tierra, era una excavación de mina abandonada y tomada por "el cartel de la muerte" para su producción de droga. Habían lamparas antiguas de cristal; este lugar es tan viejo...
-¿A si? ¿Cómo estás tan seguro de eso?- pregunte con una media sonrisa, mayormente siempre hablaba sin sentimientos expresados en mi rostro... Aprendí a hablar así desde la militar, si mostrabas una emoción en el campo de entrenamiento, ya fuera incluso dolor, eras castigado con horas extras de entrenamiento duro e intenso; nunca perdí esa costumbre ni siquiera con mi gente, por ello me llamaban "la fría"; pero con él, yo era otra.
-Lo sé porque he hecho buen trabajo, si es así entonces seré tu jefe, el estudiante supera al maestro- contestó con una sonrisa de niño en la cara con la que se enmarcaban sus hoyuelos, o madre mía... Con él no podía ser fría, era mi debilidad.
-Solo queda esperar, te lo mereces- le dije deteniendome y poniendo una mano en su hombro, apretandola ligeramente como un gesto de compañerismo, realmente quería abrazarlo, pero me contuve.
Él correspondió haciendo lo mismo-Gracias- respondió, entonces nuestras miradas se encontraron en cuestión de microsegundos, y sus ojos verdes se clavaron en mi interior.
Cuando reaccioné quité mi mano de su hombro y él hizo lo mismo. Seguimos avanzando hasta llegar a un cuarto muy amplio donde había montos increíblemente gigantes de aproximadamente una tonelada de droga en paquetes más pequeños de plástico; para mi ésto ya era rutina mientras que a Alex aún le causaba impresión y asombro, eso era una de las cosas que siempre me agradaron de él, a pesar del mundo tan peligroso y complejo donde vivimos nosotros, él nunca perdió esa gran chispa característica del niño que entro con tan solo 15 años a este entorno, del pequeño Alex.
Lo conocí cuando él tenia 18, yo tenía 17 pero ya estaba más experimentada en ésto gracias a la militar. Aún siendo menor tuve que enseñarle lo que sabía; aunque yo tenía la experiencia y el conocimiento él tenía el espíritu asesino que a mi me faltó alguna vez; aprendimos juntos, crecimos juntos, eramos hermanos, lo amaba.
Le enseñe a disparar, me enseñó a preparar las drogas, le enseñe cómo hacer negocios y él me mostró el oscuro mundo real.
¿Quién diría que me tocaría ver su cuerpo en la acera? ¿Quién pensaría que lo más valioso de mi vida terminaría siendo separado de mi por lo que más ignorabamos? La muerte...
-¿Y dónde verás al patrón?- le pregunté mientras tomaba mi lista de chequeó pendiente de hoy que estaba en la mesa metálica pegada a la pared al lado derecho de la puerta.
-Lo veré en la noche, hoy, a 10 minutos de aquí-
-Entonces iré contigo- dije imponiendo mi decisión y sin mirarlo.
-Pense que lo dirías, y claro que si, no puedo detenerte, ¿O si?
-Sabes que no- sonreí, rara vez sonreía enfrente de más gente pero esa era una sonrisa sin alma, era lo que perdí en este mundo, y lo que revivió él en esa noche.
-Bueno terminando de checar los registros de hoy somos libres, y solo esperaré a la noche. ¿Te parece si vamos a mi dormitorio a jugar cartas?
Nuestro pequeño ritual, jugar cartas y platicar de nosotros, recuerdos y experiencias.
-Claro, buena idea.
Pasaron aproximadamente 2 horas en las que revisamos nuestros registros y corroboramos su veracidad, todo en orden cómo siempre. Y entonces fuimos a la habitación de Alex, él y yo éramos supervisores y por esa razón nuestros cuartos eran propios y separados de los demás.
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Nunca Confíes
AçãoLa mafia, ¿lugar de dinero o lugar de muerte? Alma es una joven ex militar. Ahora ella vive huyendo de la mafia después de pertenecer a ella y conocer a lo mejor de su vida que después le fue arrebatado por el mismo mundo que creyó suyo. Tratará de...