Parte III: Reencuentros

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Miro hacia la entrada del salón, sintiendo como su voz se iba, por fin, Jacaerys estaba entrando al lugar, con su porte de príncipe que siempre admiro, pudo visualizar a dos chicos que venían detrás, pero eso no le importaba, no cuando después de tanto, tenía otra vez los ojos de Jacaerys en su persona.

Lo admiro mientras Jacaerys caminaba hacia su dirección, ya no era ese niño pequeño, el cual era cachetón y enano, dándole un aspecto adorable con su cabello corto que dejaba ver su cara más regordeta, ahora era un hombre joven, musculoso y fuerte, el largo cabello castaño con rizos le alcanzaba sus hombros, dejando su cara más perfilada, no tanto como la de Aemond, tenía más un aspecto fuerte, recordándole vagamente a Harwin Strong, pero a la vez teniendo un poco de los rasgos delicados de la difunta princesa Rhaenyra, a pesar de las cicatrices, lo percibió como alguien apuesto y bello.

Sintió como la respiración se le iba, no sé espero el cambio tan grande en Jacaerys.

Jace — susurro, sintiendo su corazón desbocado con el simple hecho de saberse en el mismo lugar que su sobrino, era un efecto que solamente Jace conseguía en él, avivando el fuego de su interior.

Aunque todo rápidamente se convirtió en cenizas, cuando no vió el brillo en sus ojos, solamente tenía un ceño fruncido y su voz sonaba ruda.

¿Quién carajos te crees para mandarnos al muro y luego traernos como si nada? — gruñó Jacaerys, Aegon parpadeo, muy confundido.

¿Jacaerys... está confrontandolo?

— Espera, ¿Estás...?

¿Estoy qué?, ¿Faltandole el respeto al puto rey de los vinos y bastardos?, ¿A un puto ursupador? — Aegon boqueo, encogiéndose ligeramente en su lugar, no sabiendo cómo reaccionar a este Jace al verlo más intimidante de lo que imagino.

Él esperaba a un Jacaerys pequeño, a su pequeño sobrino, el cual se lanzaría corriendo a sus brazos, llorando y soltando risas de alegría por volver a casa, agradeciéndole por salvarlo del muro y jurando amarlo por la eternidad...

Está bien, admitía que lo último ya era muy imaginativo, ¡Pero todo lo demás no!

Sin embargo, muy al contrario de su imaginación, enfrente suyo estaba un joven desconocido, vistiendo ropas negras en vez de las azul marino de los Velaryon, con un ceño fruncido y ojos que le miraban con desprecio, dándole un aspecto de maestre furioso a pesar de solo tener 18 años.

Es solo que... — el carraspeó de su madre captó su atención, la miro y ella le hizo una seña de que debe mantener el porte de un rey, Aegon inmediatamente se colocó correctamente en el trono, carraspeando — ¿El viaje fue agradable? — Si, fue lo único que se le ocurrió preguntar. Jacaerys se rió entre dientes, para después mirarle con seriedad, una mirada que a Aegon le hizo sentir cuchillas.

El viaje hubiera sido perfecto si llegaba a la capital y me recibían con tu cabeza en una bandeja de mierda — gruñó, Aegon volvió a encogerse en su lugar.

Es un crimen amenazar al rey — dijo Sir Criston desenvainando su espada, Jace rió.

¿Se supone que eso es un rey?, Parece un cachorro asustado — rodó los ojos — he visto a niños más valientes del otro lado del muro.

Hermano — Joffrey se adelantó y se colocó a lado de su hermano, Lucerys le siguió, cuando el niño estuvo a su lado le jalo de las ropas, reprendiendolo en silencio, Jacaerys se aguanto su suspiro y miro al rey, Aegon tenía los ojos abiertos.

¿Él es...? — Jacaerys se colocó enfrente de Joffrey, cubriéndolo.

No te atrevas a mencionar su nombre — gruñó, Aegon inmediatamente calló, reprochandose internamente, esa no era la imagen que quería dar.

Hate - [Jacaegon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora