Capítulo VI: Hablar

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Jacaerys seguía sin poder cerrar sus ojos, siempre alerta, escuchando cualquier ruido, miro nuevamente hacia la ventana, pero el sol no estaba ni apunto de asomarse, se preguntaba cómo estarían los chicos que salieron de exploración en el muro.

Un sonido le hizo mirar hacia la puerta, donde tocaron.

¡El Rey Aegon solicita al príncipe Jacaerys! — informó el guardia del otro lado, Jace frunció el ceño.

Jace, ¿Quién es? — preguntó un adormilado Luke, Jace negó.

Está bien Luke, vuelve a dormir — el menor no necesito una segunda petición para volver a caer rendido al sueño, Jace sonrió y se levantó, cuidando de no despertar a Joffrey, a pesar de saber que cuando el menor dormía era un tronco.

Se acercó con cautela a la puerta, teniendo su daga detrás de él, podría ser una trampa para que bajara la guardia, jamás debía fiarse, no después de los salvajes.

Al abrir la puerta se encontró con Aegon, quien seguía con su vestimenta de la cena y tenía el cabello algo despeinado, a pesar de tener el porte firme, respiraba con algo de dificultad, cuando lo vió sonrió.

Jacaerys, buenas noches — saludo, Jace elevó una ceja, esperando que hablará, Aegon carraspeó — Vine a hablar contigo — Jace frunció el ceño.

¿A hablar? — dijo incrédulo, Aegon asintió.

Dije que teníamos una conversación pendiente y estoy dispuesto a terminarla ahora — dijo Aegon, Jace elevó una ceja.

¿Una conversación a estás horas? — el de cabellos plateados asintió.

Lamentaria mucho posponerla por más tiempo, ya sea por cualquier inconveniente de la corona o porque no paran de interrumpir — explico, Jace se recostó en la puerta.

No dejaré a mis hermanos solos — Aegon sonrió ligeramente, Jace como siempre tan protector.

No te preocupes, los guardias Cargyll los cuidarán hasta que tú vuelvas — explico, Jace frunció el ceño.

¿Uno de ellos no era tu espada juramentada? — preguntó, Aegon asintió.

Así es, pero quiero demostrarte que aquí están seguros, incluso más que yo — la ligera sonrisa de Aegon hizo que Jacaerys pasará saliva.

Suspiro y asintió — está bien, pero que sea rápido — pidió, el mayor asintió y Jace volvió a entrar a la habitación.

Sir — llamo Aegon, Sir Arryk se acercó a él — no permita que nadie entre a la habitación de los príncipes, mucho menos a la reina y a mi Lord Mano — el hombre asintió y se alejó, justo en el momento en que Jacaerys salió, Aegon quiso rodar los ojos al ver la capa de lobo negro en sus hombros, sin en cambio, le sonrió — Acompáñame, Jace — dijo y empezó a caminar, Jace suspiro y le siguió, no sin antes darle una mirada a la habitación de sus hermanos, siendo ahora custodiaba por ambos guardias.

Quisiera decir que desconfiaba de Aegon, pero sería mentirse a si mismo.

Caminaron por un momento, hasta llegar a la biblioteca, elevó una ceja, curioso lugar. Entraron y Aegon tomó asiento en una de las mesas, invitando a Jace a sentarse enfrente suyo con un movimiento de mano, Jace se acercó y se sentó, recordando algunos momentos de su infancia.

Entonces, ¿De qué querías hablar? — preguntó recostado en su silla con los brazos cruzados, muy diferente a cuando pequeños el que tenía esa posición era Aegon. El Rey le sonrió tristemente, igual de melancólico que Jacaerys.

¿Realmente odias este lugar? — preguntó, Jace rió entre dientes.

¿Tú no? — preguntó, Aegon carraspeó.

Hate - [Jacaegon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora