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Voz al rededor, se oían como murmullos, trato de moverse pero al querer hacerlo resultó imposible, su cuerpo estaba muy adolorido

Abrió lentamente los ojos, viendo como una pareja de ancianos frente a el, haciendo que retrocediera al verlos tan cerca

-¿hola?–contesto dudoso–

-hola–la esposa fue la primera en contestar con una sonrisa–¿como te sientes–

-am, bien, solo un poco adolorido, gracias

-esa fue una grande caída–sonrio la anciana–¿gustas comer?–pregunto, mientras que el poso seguía comiendo con el ceño fruncido–

-oh, no gracias

-¿que te paso muchacho?–pregunto el señor, viendo como monoma se incorporaba con dificultad, soltando quejidos de dolor–¿que paso con tus brazos?

-¡oye!–regaño la anciana, dándole una palmada en su hombro–¡no le preguntes eso!

-tengo curiosidad, mujer–se encogió de hombros mientras esta negaba con la cabeza–¿que te paso?

-m-me emboscaron–mintió, viendo como la anciana se llevaba la mano a la boca, sorprendida–

-¿ellos te hicieron eso en los brazos?–pregunto el hombre y monoma asintió–ahora hasta te quitan los brazos

-las cosas se van poniendo cada vez más feas–nego la anciana–

-mujer, no saldrás de ahora en adelante

-no salia antes que voy a salir ahora

-d-disculpen–monoma se levanto con un poco de dificultad–gracias por darme hospedaje, pero tengo que irme

-oh, quédate un poco más–insistió la anciana–aún no comes nada

-anda chico, come algo y te llevare a donde quieras–aseguró el anciano, despertando más a monoma–

-a-am–tanteo–si no es mucho pedir, señor–sonrio hacia la anciana que estaba sirviendo su comida–podría llevarme a los inicios del reino sur–pidió, abriendo la boca cuando una cuchara de comida llegó a esta–

-¿al reino sur?–pregunto mientras este asentía–am–tanteo–supongo que serian dos días en la mula

-solo le pido eso, señor, déjeme lo más cerca que pueda y yo haré lo demás

-¡oh! No te preocupes muchacho–interrumpio con una sonrisa–partiremos mañana por la mañana

-prepararé sus cosas–dijo la anciana cuando monoma terminó su plato–será un viaje largo–sonrio–

-prepararé sus cosas–dijo la anciana cuando monoma terminó su plato–será un viaje largo–sonrio–

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-¡no!–nego la morena–

-oh, por favor–pidió el rubio mientras que kirishima hacia dibujos pequeños en su libreta–podemos hacerlo privado

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