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—Recuérdame, ¿por qué de pronto terminamos hablando de él? —inquirió Bernadette observando un vestido negro con brillitos.

Amy negó con la cabeza, fingiendo desinterés. La verdad no lo sabía con exactitud. 

—Me molesta su actitud, no sé como su novia lo soporta. —Se encogió de hombros, tocando la tela de los vestidos frente a ella— No logro comprenderlo, es extraño realmente. 

—¿Pero por qué querrías comprenderlo, Ames? —negó con la cabeza, tomándola de un brazo para seguir caminando— Olvídate de ese hombre, solo soñaste con él porque lo frecuentaste y digamos que las cosas se te cruzaron. Los sueños son así, raros e inexplicables. 

—Tienes razón, dejaré de pensar estupideces. 

Amy se convenció de ello y se recompuso. No podía estar pensativa o amargada por un hombre que no conocía ni tampoco, quería conocer. Porque ya se había convencido de que lo mejor sería mantenerse alejada de él. No congeniaban, tuvieron un inicio difícil y la verdad veía imposible que caminaran en la misma dirección alguna vez en la vida. Ahora, solo debía concentrarse en comprar algo lindo y recatado para la noche de mañana y también, para su cita de el sábado. 

—¿Vamos por algo de comer luego? 

Amy asintió. 

—Claro y después necesito pasar a una tienda de comics. 

Bernadette la observó con detenimiento. 

—¿Existen comics que no tengas, Ames? 

—Obviamente pero ese no es el caso, compraré una blusa de Hiedra Venenosa. 

Su amiga rubia se encogió de hombros, aunque su mirada curiosa no cesó en todo el tiempo que estuvieron mirando vestidos hasta comprar uno. Amy sabía que pronto le haría las preguntas correspondientes y ella no podría cerrar la boca y aunque lo hiciera, seguro que el rubor de sus mejillas la delataría, así que decidió contarle todo cuando estuvieran comiendo. 

Sus compras fueron un éxito, pero las de Bernadette demoraron un poco más, así que a Amy le tocó sentarse afuera de los probadores, viendo como todo lo que salía vistiendo su amiga se le veía bien pero ella estuviese convencida de lo contrario. Finalmente, terminaría probándose otra cosa y después de muchas pruebas, quedarse con el primero que, en sus palabras: siempre le gustó pero dudaba. Amy no tenía mayores problemas con ello porque sabía que su amiga hacía eso no por vanidad, si no por la inseguridad de su estatura. 

Sacó su celular y vio que tenía mensajes del chico misterioso de la Comic Con. Eran preguntas sobre sus gustos, comida más que nada, si era alérgica a algo o no. O si simplemente una comida no estaba entre sus favoritos para eliminarla de una supuesta "lista". 

"¿Qué significa todo este interrogatorio, señor cuidadoso?"

Amy no bloqueó su celular, esperando por una respuesta mientras observaba unos lindos zapatos de tacón. Él se demoró algunos minutos en responder pero finalmente lo hizo.

"Bueno, no suelo hacer nada sin la preparación necesaria. Investigué y averigüé que las citas desembocan en diversas situaciones, una de ellas y la más apropiada para una primera cita es cenar. Ergo, de ahí mi interrogatorio, señorita inteligente"

Ella leyó el mensaje y las palabras: «Averigüé que las citas desembocan en diversas situaciones», la hizo sonrojar como una chiquilla tonta. Se ruborizó enormemente y le hizo preguntarse internamente si enserio este chico tuvo que buscar de qué iban las citas o solo era una broma de tantas que solía hacerle la mayoría del tiempo. Decidió tomarlo como eso, una broma.

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⏰ Última actualización: May 13, 2023 ⏰

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The chemistry of love. [SHAMY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora