Al final del día

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Por la mañana no tengo motivos para continuar,
Me despierto solo porque el cuerpo me obliga,
Quiero llorar hasta que los ojos empiecen a sangrar,
Protestándole a la vida para no sufrir más.

Las tardes se me escapan igual con mis deseos,
Se llevan la ilusión de convertirme en alguien bueno,
Ingratos toman nuevos rumbos a lo lejos,
Mientras el corazón se me enfría sobre el hielo.

La noche se quedó pobre y triste sin estrellas,
Al igual que yo sin las razones para vivir;
Me llamaron a juicio mediante un par de querellas,
Era la vida pidiendo cuentas a un infame aprendiz. 

Al final del día trataré de encontrarme otra vez,
Purificar las ideas de esta conciencia maligna,
Engañándome de a poco las malas vibras pisotearé,
Porque tengo miedo que se conviertan en terroristas.

Simple poesía de una alma rotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora