『 °*• ❀ •*°』XI『 °*• ♫ •*°』

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Por enésima vez esa noche el albino cambios de posición, dormir en el piso era incomodo, pero sabía que se acostumbraría pronto. A su lado estaba la libreta con los retratos, extendió su brazo y la tomo. Tenia que devolverla, era obvio, sin embargo no sabía como hacerlo, pues parecía que ahora el pelirrojo lo odiaba. No lo culpaba, lo hizo sentir muy mal aquella noche a pesar de todo lo bueno que había hecho, el miedo se apodero de el y no solo lastimo a Anthony, también a si mismo. Porque hasta ahora Crowley era el peor amor que jamás había conocido, tan perfecto que le era imposible sacárselo de la cabeza, cuando estaba con él todo se sentía tan tierno, tan inocente, que estaba asustado de llamarlo como era. Abrió el cuaderno en una pagina al azar, el la tarde no tuvo tiempo de leer los pequeños escritos que acompañaban los dibujos, así que aprovecharía para al menos leer uno antes de devolverlo a su dueño. El retrato en el que se abrió el cuaderno era el único que estaba a color, además no era solo el, también estaba Anthony en el dibujo, era de aquella vez que salieron junto a Anathema y Pulsifer. ''No sabía que era posible amar tan profundamente hasta que lo conocí. Y a la mierda todo, quiero hacerlo sonreír así todos los días, porque se convirtió en mi Sol, mi calor, mi luz. Estoy loco por él.'' Cuando termino de leer miro hacia el techo con una sonrisa tonta y el rostro rojo, un suave suspiro salió de sus labios antes de arrancar la hoja con cuidado y guardarla bajo su almohada. 

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La clase A prestaba mucha atención a lo que explicaba su maestro de literatura, el tema era obras clásicas, el tema favorito del profesor. Los alumnos escuchaban atentos la alegre explicación del maestro, quién hacia que su entusiasmo se contagiara a través de sus palabras. Cuando el timbre de clase sonó un ''Aaaah'' colectivo se escucho en el salón, haciendo reír al docente . 

- Bueno muchachos creo que por hoy así termina el tema - sonrío levemente mientras guardaba sus cosas - Seguiremos mañana después del almuerzo. 

- Profe, ¿lo veremos hoy en la tarde? - pregunto Brian, por unos segundos la sonrisa del mayor desapareció. 

- Claro que sí - nervioso, el de cabello blanco termino de guardar y se despidió de sus alumnos - Nos vemos luego chicos. 

Al abrir la puerta la imagen frente suyo lo dejo paralizado unos segundos, sus horarios con ese salón coincidían bastante ¿cómo pudo olvidarlo? El pelirrojo y el albino se miraron mutuamente creando un ambiente tenso, el de hebras rojas fue el primero en romper el contacto mientras se hacia a un lado para dejar al mayor pasar. Todos vieron como el maestro de biología estiraba levemente su brazo, como si quisiera detener al otro, pero se detuvo a medio camino y solo cerro la puerta. ''Tiene que ser una maldita broma''  pensó Adán antes de dar un suspiro derrotado. 

Por otro lado, Aziraphale sentía su pulso incrementarse mientras caminaba por los pasillos. Se detuvo antes de entrar a la sala de profesores, tomando aire para intentar relajar los latidos de su corazón, tenía que reprimir todo esto y mantenerse profesional. Entro al lugar, sentándose en su respectivo escritorio mientras revisaba su teléfono. Una notificación en Messenger llamo su atención, nadie le escribía nunca, para ser honestos no tenía a casi nadie agregado ahí, por lo que un mensaje era algo fuera de lo común. Abrió el mensaje y leyó:  

''No caigas en su trampa'' 

Era de un tal Sandalphon y  la hora era un poco después de su llamada con Gabriel ayer. Parecía una advertencia, una advertencia que por esta vez, no pasaría por alto. Con algo de nervios tecleo su respuesta: 

єηѕєñαηzα ιηєƒαвℓєDonde viven las historias. Descúbrelo ahora