『 °*• ❀ •*°』VI『 °*• ♫ •*°』

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Eran cerca de las 3 de la madrugada cuando Crolwey pudo salir de su habitación para tomar algo de agua. El de cabellos platinados le había rogado que se quedara junto a el, sus ojos llenos de miedo y lagrimas hicieron que al de cabellos rojos le fuera imposible negarse. Llego a la cocina y empezó a buscar en los anaqueles algo dulce para comer, pues desde muy pequeño tenia la costumbre de comer cosas dulces a mitad de la madrugada. Algo frustrado por no encontrar sus postres abrió el refri, una voz femenina detrás suyo lo hizo brincar del susto:

- Veo que algunas costumbres no se pierden - el pelirrojo se giro y pudo ver a su madre con una bata de dormir de brazos cruzados - Las galletas están en la repisa de arriba, Shadwell también sale de noche a comer.

- Mierda me asustaste - Crowley se dirigió hacia donde se le indicaba y saco su postre.

- ¿Cómo está Aziraphale? - pregunto la pelirroja genuinamente preocupada.

- Bien, ya no tiene tantos moretones pero sigue asustado - miro a su madre y la apunto con la galleta - Conoces a Azira por mi hermana ¿no?

- Cariño tu traías al muchacho a la casa para que jugara contigo - Tracy fijo los ojos en su pequeño algo sorprendida - ¿No lo recuerdas?

- No, mis únicos recuerdos son de papá y Anathema - contesto confundido el de ojos ámbar.

- El venia a diario a verte, salían juntos a jugar y lo invitaste a tus fiestas de cumpleaños - se alejo un poco para sacar algo de un gabinete, era un álbum de fotos que después se lo entrego a su hijo - Esta foto es de tu cumpleaños número 5, el estuvo ahí.

Crowley miro la foto. El en una versión infantil era cargado por un niño que no pasaba de los ocho años, quién lo cargaba tenia el cabello platinado y la sonrisa más preciosa que el jamás haya visto. Sorprendido paso la pagina. La siguiente foto era de una fiesta en una alberca inflable, el mismo niño estaba junto a el sonriendo y jugando, solo estaban ellos dos. Las fotos seguían y seguían mostrando al Anthony del pasado feliz con su amigo. La ultima fotografía donde el estaba presente era una junto a un hombre de cabellos color chocolate y ojos color miel, lo abrazaba con cariño mientras el mayor lo cargaba. Después de eso solo quedaban fotos de Anathema. Sus ojos empezaron a arder, ¿cuándo fue la ultima vez que vio su foto?.

- Después de que tu papá falleciera, durante un año entero el siguio visitándote - empezó a contar la mujer algo triste - Todos los días después de clases, tocaba la puerta y preguntaba por ti. Si no querías salir el entraba y se sentaba a tu lado, a veces llorabas y el te abrazaba. No hubo día en el que no estuviera presente. Hasta que la madre de el falleció y nadie supo que fue de el y de su padre. No se fueron del pueblo pero el hombre se convirtió en ermitaño y arrastro a su pequeño a esa soledad. Pensé que jamás volvería a saber de el hasta que tu hermana paso a secundaria, pero parece que el trauma le dejo una amnesia disociativa*

- ¿Y por qué yo no recuerdo esto tampoco? - Crowley se encontraba desorientado.

- No lo sé hijo, quizás tu mente lo bloqueo - la mujer apretó un poco sus hombros sonriendo y se alejo rumbo a su cuarto - Pero ya debes ir a descansar, es muy tarde.

- Mamá - el pelirrojo llamo la atención de su progenitora por ultima vez esa noche - ¿Alguna vez perdiste la esperanza de que volviera?

- Jamás lo hice cariño - la pelirroja miro al menor por encima del hombro - Jamás perdí la esperanza de que regresaras, no me importaba que fuera en mi lecho de muerte con tal de verte otra vez.

Madame Tracy se fue, dejando al más joven mirando hacia la mesa por unos segundos más antes de también levantarse e irse a su dormitorio. En su cama el de cabellos platinados estaba hecho bolita sin moverse, de seguro aún asustado por lo sucedido hace poco. Lo único que calmaba levemente al de hebras rojas era que el lunes no había clases y el mayor podría descansar un poco más. Cuidando de no mover mucho la cama se acostó a su lado para descansar por lo menos un rato. Cuando estaba por quedarse dormido sintió como alguien lo abrazaba con fuerza, era Aziraphale.

єηѕєñαηzα ιηєƒαвℓєDonde viven las historias. Descúbrelo ahora