capítulo II: Traición

263 28 5
                                    

-¡Amigo! -un hombre de cabello cobrizo saludó muy entusiasmado a su querido amigo de la infancia, cuando lo vió llegar al bar donde habían quedado de encontrarse.

YuBin había llegado más temprano y había pedido un trago en lo y esperaba a que llegara su didi, cuando vió al chico, palmeó el asiento a su lado y levantó su mano para que uno de los camareros le sirviera otro trago para el recién llegado. Le pidió algo fuerte, pudo percibir el aura que rodeaba al menor y supo que se trataba de algo importante.

-Gracias por aceptar la invitación a pesar de lo repentina que fué -habló YiBo por primera vez y a manera de saludo.

-No es nada, YiBo-di, pero por favor quita esa cara. Cualquiera pensaría que acabas de matar a alguien. -rió.

YiBo hizo una muesca ante las palabras del mayor.

-Físicamente... No, pero estoy a punto de lastimar a alguien que no se lo merece. Me siento una mierda de persona, Bin-ge.

-No lo eres. No hables de ti de esa manera, agradece que ZhanZhan no está aquí o de lo contrario te golpearía por insultarte a ti mismo -YuBin no se percató de la cara de dolor de Wang YiBo, cuando mencionó a su esposo, Xiao Zhan. Quién también era amigo de la infancia de YiBo, su mejor amigo de hecho.

-Como sea. Bin-ge... Estoy enamorado -soltó de repente, causando que el mayor se ahogara con su bebida y que su corazón se encogiera.

-Wang YiBo... ¿Eres siquiera humano? Soy un hombre viejo, debes prepararme antes para decirme algo como eso. -le dijo YuBin entre risas nerviosas. YiBo estaba serio y se negaba a mirarlo a los ojos.

-No es divertido, Bin-ge. Me siento una horrible persona... Me siento un traidor.

Con cada palabra que salía de boca de YiBo, el corazón de Yubin se encogía un poco más.

-Está bien, lo siento didi... Habla conmigo ¿Qué no me estás diciendo? -YiBo se veía realmente mortificado y Yubin supo que era momento de dejar de bromear. A medida de que la conversación avanzaba, más sentía que su pecho se oprimía. YiBo suspiró y continúo hablando.

-El hombre al que amo no es libre, estoy enamorado de un hombre casado... Su esposo... es una excelente persona, un hombre bueno que lo ama y que no merece esta traición -la voz de YiBo tembló- un hombre que es un amigo.

YuBin miraba su vaso fijamente, pensando en las próximas palabras que saldrían de su boca. La opresión en su pecho amenazaba con dejarlo sin aire. Su más grande temor se había vuelto realidad.

-Déjame ver si entendí... Dices que te has enamorado de un hombre que es casado, que el esposo de tu chico es una buena persona, que es tu amigo y sientes que lo has traicionado ¿Verdad? -Necesitaba confirmar algo.

-Mnn... No es un sentimiento nuevo, Bin-ge. Yo siempre lo he amado, nunca ha habido nadie más. Sin embargo jamás intenté nada. -YuBin sonrió de lado, no se estaba burlando. Era más bien resignación.

-Por supuesto que no intentaste nada, eres de los que prefieren sufrir antes de dañar a quienes quieres... No creo que tú amigo fuera tan noble como tú... ¿Por qué ahora, YiBo?

<p>-Porque ya no puedo más, porque este sentimiento me está destruyendo, porque la culpa me está calcomiendo lentamente el alma... Lo amo demasiado y él... Él también me ama, tanto como yo lo amo a él. No puedo evitar pensarlo todo el tiempo, hablar de él, gravitar a su alrededor. Literalmente yo reacciono a su existencia, Bin-ge.

-Entonces lucha por él, YiBo -YiBo lo miró como si le hubiera crecido una tercera cabeza, YuBin vió dolor y culpa en los bonitos ojos marrones del menor- No todos pueden ganar en el juego del amor, YiBo-di.

-¿Cómo puedo luchar sin sentirme una completa basura, ge? Lastimaré a una persona que es importante para mí y que no se lo merece... No deberías decirme eso, no tú entre todas las personas.

YuBin se rió amargamente y apretó el puente de su nariz, luego miró hacia arriba para detener las lágrimas que amenazaban por salir a raudales.

-Respóndeme algo, didi -YiBo lo miró, prestándole toda su atención- Tú y Z- tu chico... ¿Ya se han acostado?

-¡No! No, ge. No seríamos tan vulgares. Él sigue siendo un hombre casado y aunque lo amo con locura y soy una escoria de persona por robárselo a su esposo, aún sigo considerando a su marido como mi amigo.

Ambos se quedaron en silencio por un momento.

-No puedes robar algo que siempre te ha pertenecido -YuBin susurró y le dió un último sorbo a su trago. El whisky quemó en su garganta, pero no tanto como se estaba quemando su corazón .

Wang YiBo... -habló completamente serio por primera vez en la noche- toma este consejo que te dará tu gege y hazme caso. Ve por tu hombre -YiBo iba a hablar pero YuBin no lo dejó- No, escúchame. No eres una escoria de amigo, tampoco estás siendo egoísta al anhelar lo que siempre ha sido tuyo. Quizás tu amigo no era tan buena persona después de todo, quizás no le importó meterse entre dos personas que se amaban pero que aún no lo habían descubierto, quizás era cuestión de tiempo y él en su egoísmo quiso retener al hombre que amaba mientras pudiera... Tú amigo debe de entender que ya es hora de dejar a su amado ser feliz, después de todo ¿No se supone que el verdadero amor no es egoísta?

YiBo no sabía que decir. Las palabras del pelicobrizo confirmaron que sabía todo. YuBin despeinó sus cabellos cariñosamente y abandonó el bar, no regresó a la casa que compartía con Xiao Zhan.

Una semana más tarde, Xiao Zhan recibió un sobre grande. Este contenía una carta, un anillo de bodas y los papeles del divorcio previamente firmados por YuBin.

La última línea de la carta eran: Lo siento y gracias.

Xiao Zhan una vez más tenía lágrimas en su rostro, esta vez eran lágrimas de felicidad

Corazones atados (Resubiendo) (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora