capítulo VII: finalmente mío

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  Llegaron al lujoso hotel donde estarían de luna de miel por toda una semana, YiBo estaba realmente emocionado cuando pudo firmar por primera vez con su nombre de casado mientras hacia el check-in y les colocaron las pulseras y les entregaron las llaves de acceso a su habitación.

Tan pronto como entraron al ascensor, YiBo arrinconó a Xiao Zhan contra la puerta y lo besó ferozmente, por fin tenía al hombre que amaba con él y podía llamarlo esposo.

—Esposo...

—¿Qué? —Xiao Zhan le respondió entre besos.

—Nada, es sólo que me gusta como suena decirte así... Siempre quise llamarte esposo.

Se besaron mucho en lo que llegaban a su habitación que estaba en el ultimo piso y cuando por fin estuvieron en la puerta correcta, Xiao Zhan levantó a YiBo en forma nupcial, YiBo que no se esperaba la acción de su marido, lanzó un grito nada masculino y se aferró al cuello del mayor, haciendo que Xiao Zhan estallara en risas.

Xiao Zhan entró a la habitación y sin perder el tiempo los condujo a la cama, arrancando la ropa del menor en el proceso.

—¡Gege! —gritó y el mayor lo silenció con un beso.

—Ropa afuera... Ahora —la mirada llena de deseo de Xiao Zhan estaba causando que YiBo estuviera al borde de una combustión espontánea. Su erección era testigo de cuanto le gustaba esa faceta dominante de su marido.

—¿Como me quieres esta noche, baobao? —YiBo preguntó la entre nervioso y juguetón.

—Tú en mí, como siempre ha debido ser. Hazme tuyo, más de lo que ya lo soy.

Zhan notó que YiBo estaba muy nervioso.

—BoDi... ¿Qué sucede? —YiBo se puso totalmente rojo.

—Yo...yo... Yonuncameheacostadoconnadie —lo dijo tan rápido que Zhan no pudo entenderlo.

—Bodi, más despacio. No te entendí nada. YiBo suspiró.

—Yo, no me he acostado con nadie... Nunca. Es decir, tuve citas y hubo besos y algunas caricias, pero jamás llegué al final con nadie. No sé exactamente que hacer y temo lastimarte.

—No lo harás, confío en ti.

—Zhange, es en serio. No soy pequeño y odiaría hacerte daño.

—¿Qué propones entonces? —se acercó y tomó las manos temblorosas de YiBo y se las llevó a los labios, besándolas.

—Puedo ser el de abajo, realmente no me importa. Sólo quiero estar contigo.

Xiao Zhan lo miró y se enamoró un poco más si era posible, siempre había tocado fondo, pero quizás con YiBo podía explorar otros lados de su sexualidad que no conocía. No tenía que limitarse a un rol.

—Mi chico dulce, mi esposo amado —tomó el rostro de su marido y lo llenó de besos, dejando un último beso en los labios regordetes del menor. —Como sea que me quieras, sabes que me tienes. Siempre ha sido así, no tenemos que limitarnos y no tenemos que hacer todo en una noche, de hecho no tenemos que hacer nada esta noche... Tenemos toda la vida por delante.

—Pero yo quiero, sólo que no sé que hacer. He esperado demasiado, Zhange. Sino te tengo ya mismo, sea de la forma que sea, creo que voy a morirme.

Xiao Zhan se enterneció.

—Entonces deja que este gege te enseñe como debes amarlo, dejame escribir en tu cuerpo con mis besos y grabarme en tu piel... Dejame hacerte mío en cuerpo y alma y luego harás lo mismo conmigo. Escribirás tu nombre en cada centímetro de mi piel, hasta que lo único que pueda recordar y gemir seas tú.

Corazones atados (Resubiendo) (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora