III

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–Wow Mika, eres una tigresa, nada más y nada menos que dos presas en un día, estás en racha.
–No me digas eso Sasha, sabes que yo no lo he buscado.
–Es normal que los hombres se fijen en ti, ¿Tú te has visto? Es lógico que estén coladitos por tus huesos, ¿Cual es el que te gusta más?
–No, no me gusta ninguno
–Anda, no mientas...las dos sabemos que tendrás un favorito– comenzó a bromear. –Es el de cabellera avellana el que te gusta o tal vez un castaño con impresionantes ojos verdes...
–Bueno, si te soy sincera, quizás Eren me llama más la atención–Respondí avergonzada
–¿Y que harás, se lo vas a decir?
–No tía, sabes que bastantes problemas tengo en la vida como para preocuparme de los hombres...Bueno tengo que irme, hablamos luego.

Me despedí, seguido de eso cerré la tapa de mi ordenador y me dirigí al despacho de mi padre, pues me había solicitado ya que tenía un tema que hablar conmigo.

Me encontraba ya enfrente de la entrada de madera barnizada, gire el pomo y entre en el despacho de mi padre, él estaba en pie, mirando por la amplia cristalera hacia nuestro jardín trasero.

–¿Querías verme Padre?
–Así es hija– respondió dándose la vuelta. –Por favor siéntate.
Seguí sus indicaciones.
–Como ya sabes estás a unos días de hacer tú mayoría de edad y por lo tanto tomarás el puesto que te toca en la empresa, pero eso ya lo sabes, el tema que te trae aquí es otro distinto.
–¿De que se trata?
–Ya sabes cómo funcionan las cosas aquí, y como sabes esta empresa necesita un heredero...– Hizo una pausa para tomar un trago de su copa de vino.
–Lo que quiero decir es que necesitarás un marido.
–¿¡QUÉ?!– grité desconcertada
–Se que es algo que no te esperabas, pero los socios me están presionando para prepararte un enlace.
–Pero tú eres el dueño de las empresas, lo que tú dices va a misa– añadí algo desconcertada por la noticia.
–Eso es cierto, pero sin mis socios y accionistas no soy nada, por lo que no me queda otro remedio que organizarte un matrimonio concertado.
–Padre esto no es justo, tú elegiste casarte con mi Madre...– repliqué
–La vida no es justa Mikasa, y ya va siendo hora de que te des cuenta.

Una sensación de calor comenzó a invadir mi cuerpo, mis manos empezaron a temblar y mi garganta sentía la necesidad de gritar todo lo que estaba pensando.

–¿¡TE CREES QUE NO LO SÉ?!, LLEVO 17 AÑOS VIVIENDO UNA VIDA QUE NO QUIERO, SOMETIÉNDOME A UNA PRESIÓN QUE YO NO PEDÍ, Y AHORA ME VIENES CON: "YA VA SIENDO HORA DE QUE TE DES CUENTA"
–A mi no me hables así señorita.
–Y déjame decirte una cosa más...

Justo en ese preciso momento habían llamado a la puerta, a lo que cesé me ira por un momento para saber de quien se trataba, mi padre le dio paso a quien se escondía tras ella, el pomo comenzó a girar, según iba abriéndose podía observarse como el torso de un hombre se adentraba hacia la sala.

Se trataba de un hombre rubio, de tez clara y una cabellera rubia, su cara estaba adornada por unas pequeñas gafas de lectura y una arreglada barba. Tendría sobre unos 30 años, pero su rostro se veía totalmente joven.

 Tendría sobre unos 30 años, pero su rostro se veía totalmente joven

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La señorita Ackerman {ErenMika +18}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora