La última mujer del legado Ackerman, apellido de las mujeres más deseadas y más hermosas que han pisado la faz de la tierra, ¿seguirá con la tradición que arrastra su familia?
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Los personajes le pertenecen a Isayama
Primero que nada disculparme por toda la inactividad de esta cuenta, no mentiré diciendo que apartir de ahora seré más activa porque tampoco me es posible, pero siempre quepueda intentare actualizar algún capítulo, gracias por leer <3
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D
espués de la prueba del vestido regrese a la mansión Ackerman, donde mi madre me esperaba justo en la entrada con una expresión de entusiasmo.
-¿Cómo te ha ido la prueba del vestido mi amor?- preguntó Sonreí levemente -Bien mamá, es precioso, estoy algo cansada, si me disculpas subiré directamente a mi cuarto- -No, espera, tú padre quiere hablar contigo... ‐¿De nuevo?- dije mientras me dirigia al despacho de mi padre
Piqué y entre directamente, mi padre estaba ahí, sentado en su silla de cuero tomando un vaso de ginebra mientras miraba su papeleo
-¿Qué es ahora?- Mi padre me miró inexpresivo y comenzó a exponer la razón por la que me habia hecho llamar. -Bien, oficialmente ya tienes 18 años, por lo que debes comenzar a hacerte cargo de tu lugar en la empresa, no obstante, antes de ello, el clan siempre organiza una especie de reunión para dar el visto bueno, a tu puesto en la empresa y a tu boda. -¿Y que debo hacer? -Este fin de semana organizaremos una cena en el Gransalón de aquíde la mansión, donde vendrán mis socios, accionistas y por supuesto, la familia Jaeger. Como sabes por tradición los Ackerman vestiremos de rojo, he encargado uno tradicional japonés para destacar tu mitad asiatica, lo tienes en tu cuarto, ahora puedes retirarte.
No respondi, asentí con la cabeza y salí de su despacho cerrando la puerta tras de mi, camino a mi cuarto escuché a mi madre hablando con alguien, con una voz muy familiar, decidí asomarme para ver de quien se trataba.
Ahí, frente a ella se alzaba la figura de un hombre, no muy alto, con el pelo azabache y una mirada seria, vestía una camisa blanca con unos pantalones de pana, y en su mano derecha sostenía una taza de té.
-¡Leviiii!- exclamé mientras corria a su encuentro El rápidamente le extendió su bebida a mi madre para poder abrazarme. -Mikasa cuanto tiempo, ¿cómo has estado? -Bueno ya sabes, universidad, responsabilidades, entrenamiento... ‐y tu compromiso- añadió con una leve sonrisa. ‐Sí, bueno, eso también, supongo que por eso estas aquí..‐ respondí ya con un tono neutro ya que la conversación se tornaba no muy agradable para mi ‐Exacto, vengo por la cena que se celebrará en un par de días, ya sabes que mi puesto en la empresa es bastante relevante, y tu padre me a pedido que venga para el evento- señaló -Entonces te tendré unos días por aquí, que bien, un poco de compañía, bueno ahora voy a mi cuarto, cuídate.
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