seis.

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Nyra se acercó a la casa de los Sully, mientras entonaba una recién inventada canción en voz baja. En sus manos cargaba con una bolsa que contenía varios frutos que había recolectado esa tarde, luego de separarse de Lo'ak para llevar a cabo sus tareas domésticas.

Ya habían pasado tres días desde la llegada de los Sully, y quería asegurarse de que, en efecto, estuviesen bien. Deseaba con todo su corazón que así fuese: después de todo, la estadía de los del bosque en la villa era, de momento, permanente. 

Además, se había encariñado de una manera muy intensa de Neteyam y Lo'ak, sus amigos más recientes. ¿No era natural querer que tus amigos estén bien? Más aún, después de lo que habían vivido juntos.

Imaginaba que el cambio para los Sully había sido difícil, y le ilusionaba poder hacerles sentir aunque sea un poco mejor.

Esperaba que su regalo, aunque fuese algo pequeño y no tan significativo, le gustase a Tuk, la pequeña que peor lo había pasado en su mudanza. Se aseguró de llevarle muchos cocos, porque había visto la carita emocionada que puso cuando le guardó uno la primera noche que habían comido juntos.

—¿Hola? — interrogó, asomando su cabeza por la puerta. Se encontró con la mirada de Neytiri, por lo que le sonrió con suavidad.

—Nyra — murmuró Neytiri, acercándose a ella con confusión en sus ojos—. ¿Qué haces aquí?

—Quería asegurarme de que estuviesen bien — respondió, sonriendo con algo de timidez al aún encontrarse bajo el escrutinio ajeno—. Y les traje un regalo.

Neytiri vio la bolsa que la fémina cargaba a duras penas, y no pudo evitar sonreír al ver los frutos que había en ella.

—Es muy dulce de tu parte — murmuró, sin borrar su sonrisa—. Estoy segura de que a Tuk le hará ilusión.

—Espero que así sea — respondió Nyra, dejando que la contraria recibiera la bolsa al ver la dificultad en la que se hallaba—. Tuk parecía no estar pasándolo muy bien.

—Pero se ha estado adaptando bastante bien — continuó Neytiri, invitándole a pasar—. Le gusta mucho el mar y no puede esperar a conseguir un Ilu.

—Estuve hablando con Tsireya, y llegamos a la conclusión de que hoy podríamos empezar con el entrenamiento de los Ilu — murmuró la fémina, recibiendo el bocadillo que Neytiri le tendió amablemente—. Ahora estamos todos listos, así que creo que es un buen momento.

—Gracias por ayudar a Lo'ak con el tema de la respiración — exclamó Neytiri, sonriendo—. Kiri me contó que se había sentido muy frustrado y que las burlas de Ao'nung le hicieron sentir peor. Lo'ak es un chico muy solitario, y estoy segura de que le habría sido más difícil aprender solo.

—Es lo mínimo que pude hacer por él — contestó Nyra, algo cohibida por el agradecimiento de Neytiri—. A mí me costó mucho aprender también, por lo que no quise que él pasara lo mismo. De todas formas, no fue fácil convencerle — rió suavemente.

»Creo que, de cualquier manera, el entrenamiento de ustedes es más difícil, ¿no? — continuó hablando la fémina, viendo con diversión cómo Neytiri suspiraba en su lugar—. Sí, lo imaginé. Tonowari puede ser un poco duro.

—No es Tonowari el problema — respondió la mayor, ganándose una mirada confundida por parte de Nyra—. Ronal es más... complicada.

—¿Ronal? — murmuró Nyra, atónita.

—Es claro que Jake y yo no le caemos bien.

Nyra no se lo esperaba. Sí, Ronal podía ser difícil, pero siempre se había portado muy bien con ella, de manera tal que la menor la veía como una figura materna. Ronal siempre le apoyó en todo, y estuvo ahí para ella en todos los momentos importantes de su vida. Le era difícil imaginarla como una persona tan dura con los recién llegados.

DREAM OF YOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora