diecisiete.

206 31 6
                                    

—¿No crees que esta semana ha sido demasiado intensa? — murmuró Nyra, acomodándose entre los brazos de Neteyam con suavidad. Rió suavemente, rememorando todo lo que había ocurrido los últimos días. Había tenido experiencias que parecían ser simplemente de otro mundo. Ella y Neteyam casi mueren, Lo'ak se perdió en el océano, tuvo un duelo a muerte con Ao'nung... había sido una montaña rusa de emociones.

—La verdadera pregunta es, ¿alguna vez hemos podido disfrutar de un día sin que nada ocurra? — murmuró Neteyam, suspirando con cansancio. Nyra volvió a reír.

—Cuando hablas así, pareces un anciano cansado de la vida.

Ambos quedaron en silencio, limitándose a disfrutar de la presencia ajena. No eran muchas las ocasiones en que podían estar en esa situación: abrazados, solos en una roca, disfrutando la vista del cielo estrellado. Era su primera cita propiamente tal desde que ambos se confesaron sus sentimientos. No habían tenido la oportunidad de estar juntos, y recién en ese momento, notaron lo mucho que se habían extrañado y lo mucho que habían anhelado la presencia del otro.

—Tu papá mencionó que vino de una estrella — comentó Nyra. Neteyam le observó de reojo, y pudo divisar que el cielo estrellado se reflejaba con gracia en los ojos de la fémina. Sonrió con suavidad—. ¿Cómo puede ser eso posible?

—La gente del cielo tiene tecnología mucho más avanzada que la nuestra — respondió Neteyam, explicando con paciencia. Era natural que ella no supiera tanto como él al respecto, porque ella había tenido la suerte de estar alejada de la guerra. En cambio, él mismo había tenido que pelear, herirse, matar incluso... y alejarse de su hogar—. Papá dice que su mundo y el nuestro no se parecen en nada. Dice que su tierra estaba muerta, y que las personas se habían perdido a sí mismas. Por eso decidió quedarse. Porque se enamoró de mamá, y de Pandora.

Nyra notó el tono nostálgico de Neteyam, por lo que suavizó su mirada. Suponía que era un tema complicado para el contrario. No podía evitar empatizar con él.

—Me alegra que hayas llegado aquí — murmuró, observando fijamente al contrario—. Sé que seguramente fue algo difícil, pero le agradezco a Eywa el haberte mantenido a salvo cuando la gente del cielo volvió. Y le agradezco que te haya puesto en mi camino.

Neteyam sonrió con suavidad.

—¿Por qué estás tan cursi? — bromeó entre risas, besando la mejilla ajena.

—Es que estaba pensando — respondió la fémina, dejándose mimar—, en que la guerra es aterradora. Solía pensar en que debía entrenar para ser fuerte, pero nunca me di cuenta de que la guerra es un peligro más cercano de lo que creía. La gente del cielo arrasa con todo a su paso, y me asusta pensar lo que podría hacer con nosotros si nos encontrasen.

—Eso no sucederá — contestó Neteyam, tranquilizando a la contraria.

—Pero puede que ocurra — insistió la mujer—. No debemos subestimarlos. Y... ¿y si atacamos primero?

El hombre alzó una ceja, sorprendido ante la propuesta ajena. No le parecía una mala idea, pero, a sus ojos, era imposible.

—Suponiendo que podemos acercarnos sin que nos detecten... — informó, manteniendo su tono de voz suave—. Es demasiado peligroso.

La fémina asintió, sabiendo que esa sería su respuesta. No esperaba nada distinto. Y tampoco insistiría, porque sabía que Neteyam de por sí tenía cierto rechazo ante todo aquello que implicara a la gente del cielo, y le comprendía.

—Dejemos de hablar de esto — murmuró, besando los labios ajenos de manera fugaz. Neteyam sonrió de inmediato—. Te tengo buenas noticias.

—¿Sí?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 03, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

DREAM OF YOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora