𝓕𝓮𝓵𝓲𝔃 𝓢𝓪𝓷𝓥𝓪𝓵𝓮𝓷𝓽𝓲𝓷

❤️Riccardo y Rosie💜

Iban a matar a Jade y Victor.

Jamas pensaron que los dos que parecían enemigos a muerte, los fueran a traicionar tan feo, carajo, ni siquiera lo vieron venir, todo lo que hicieron fue cuidadosamente planeado para que acabará en ese lugar.

Se encontraban en una de las tantas habitaciones que tenían en el club de fútbol, encerrados, mientras los culpables discutían fuera.

Riccardo realmente no entendía la razón de estar ahí dentro, menos en compañía de la gerente, ¿Acaso ella tenía que decirle algo tan importante como para encerrarlos a los dos dentro?

Rosie por su parte, estaba planeando como humillar públicamente a los dos hijos de Judas, dios, ¿Cómo pudo ser tan tonta como para decir que quería confesarse a Riccardo en el día de los enamorados justo enfrente de esos dos huitres?, Claro era su culpa el que estuvieran ahí, ¿Pero era justamente necesario?

—Red, dime, ¿Acaso deseas decirme algo? —Interrogó tocando su hombro.

La chica se giro hacia él con tal rápidez, al verlo tan cerca se asustó, yéndose para atrás por impulso, antes de caer, logro tomar el brazo de Riccardo y este logro tomarla de la cintura, o eso quiso, en cuanto vio que estaba tocando más abajo, quitó la mano rápidamente, dándole paso a que Rosie se golpeara con el suelo.

—¡Lo siento! —Se arrodilló a su lado— No fue mi intención... Nada de lo que pasó fue a juro..

—Lo se Capitán.. —Susurro sobándose la parte baja de la espalda— Solo fue un accidente...

—Me siento muy apenado.. —Tomo su mano mientras ambos se paraban— Yo no quería..

—Capitan no se preocupe..  —Rosie acarició su mano— Por la rapidez que actuó, fue imposible saber que iba a tocar... —Rio nerviosa.

Riccardo la miro y asintio, sintiéndose aún avergonzado por lo que hizo y como sucedieron las cosas.

—Dejame compensarte en cuanto salgamos... —Pidio, mirando como ella acariciaba sus manos— De todas formas me no me gusta dejar las cosas así, pídeme lo que desees..

Rosie sonrió mirándolo con atención, amaba verlo, y no era un secreto para nadie aquel hecho, pero verlo nerviosos, con las mejillas completamente rojas, los labios tembloroso y los ojos llenos de vergüenza y angustia, vaya, si no fuera por qué ya dictó que le pondría la ley de hielo a quienes los encerraron, los besaría por darles tal regalo.

—De hecho..  —Ella de acercó— si tengo algo que necesito de usted..  —Comentó con inocencia.

—¿Si? ¿Que cosa?

—Primero, cierre los ojos y se lo comentó.. —Pidio con tranquilidad.

—¿Cierro mis ojos? —Interrogó mirándola con duda.

—Si, por favor capitán

Riccardo no entendía para que necesita eso, pero bueno, sinceramente jamás entendió por completo a  esa chica, siempre salia con misterio, sorpresa o actividad nueva, siempre eran exitosas o buenas, pero jamás entendió como lo hacía, por lo que no dudo mucho más en aceptar.

—De acuerdo... —Accedió cerrando los ojos— ¿Así?

—¿Acaso hay otra manera de cerrar los ojos? —Rio ella mirándolo enrojecer aún más.

—No yo~Bueno/No quise.

—No se preocupe capitán... —Susurro acercandose con lentitud.

Poco a poco, Rosie tomó el control de aquel momento, lo empujó suavemente hasta la pared más cercana, apoyando a Riccardo en esta, haciendo que su cara mostrara confusión.

—Capitan.

—¿Si?

—¿Me permite?

Riccardo entendió a lo que se refería justo en ese momento, vaya quer era una situacion bastante dulce e inevitable, claro que lo permitiría.

—Por supuesto.

Rosie se acercó con cuidado, plantando sus labios sobre los de él, Riccardo rápidamente aceptó el gesto, tomando su cintura y acariciando su espalda, mientras la pegaba todo lo posible a su cuerpo, evitando a toda costa que se le fuera del lado.

El beso era muy dulce y apasionado, parece que los habían estado con muchas ganas de hacer aquello, la manera en que se estaba acariciando, besando, y la respiración tan agitada, era señal de que podían seguir si así lo quisieran, pero no podían ni debían, estaba en el colegio, a próximas horas de iniciar la segunda hora, no iban a ser tan intensos.

Al separar, y fijarse en la mirada el otro, mientras traban de tomar el aire que aquel beso les había quitado, compartieron una cómica y pequeña sonrisa.

—¿Sabes que yo ya no soy el capitán?

Rosie lo vio y asintio, riendo por ello.

Riccardo admiro su cara mientras oía su dulce voz, de todo lo que pudo decir en ese momento, le salió lo más ilógico que podía existir.

—Eso ya lo se... —dijo para dejarse caer en el pecho del muchacho.

—¿Y por qué me sigues llamando así? —Interrogó abrazándola contra él.

—Me gusta mucho como suena... —confeso— Me gustaba más cuando tú eras el capitan.. —Lo miro a los ojos— Eres una persona con gran talento de liderazgo... Eso me encanta en ti.

—¿Te gustó?

—Demasiado...

Riccardo dejo caer su cabeza en el hombro de ella, avergonzado por lo que acababa de oír.

—Soy un idiota~

—Eso también me gustara de tí.. —Sonrió besando su mejilla— ¿No me haría el honor de salir conmigo?

—¿Me darías tal privilegio? —La miro con rapidez.

Rosie sonrió, le cambió el sentido al juego.

—Yo pregunté primero capitán...

—No es correcto que una chica que merece tanto, pida eso a un idiota desubicado... —Ladeo la cabeza mientras tomaba su mano para besarla— Así que dime, ¿Quieras ser la novia de este tonto?

—Por supuesto que si~

Un beso aún más grande e intenso que el de hace un rato se hizo presente en el lugar, haciendo que el calor corporal aumentará de golpe, haciendo que ambos quisieran deshacerse de sus ropas.

—Seria mejor salir~~ —Murmuro Riccardo mirándola mientras desabrochaban la ropa del otro

—¡Ni se molesten! —Jade grito desde el otro lado— ¡Para este lado casi nunca vienen! Solo disfrútenlo! ¡Y usen protección! —Dijo para correr fuera de lugar.

Ambos se sonrojaron ante aquello, perdieron un poco el momento intimo.

—¿Desea salir? —Lo miro con duda.

—Mmh~~ ¿Cree que nos cubran?

—posiblemente junto a García...

—Entonces sigamos.. —Dicto, besándola de nuevo.

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Corto pero lindo, no tengo muchos Fans de esta pareja, así que hice algo más o menos acordé a lo que veo en ellos.

¿Que tal les parece?