CAPITULO 2

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Viollet estaba en el pasillo de la casa, platicando con el cuadro de Walburga y Kreacher, había vuelto de Gringotts y le conto lo descubierto a Walburga.

Esta se había alegrado de que su hijo no los había traicionado, al igual que los Potter, pero se había puesto furiosa por las manipulaciones que Dumbledore y sus seguidores le había hecho a su familia.

Toda esa semana se había encerrado en la casa, ignoraba las cartas que le llegaban de los Weasley y Hermione.

Estaba furiosa por lo que le hicieron, pero le dolía su traición. Quien diría que solo la querían por su fama y dinero,

Personas que creyó que eran sus amigos y que la apoyaban y protegían, pero en realidad solo la usaban.

Walburga le conto cosas de su padre, sus abuelos de Sirius, y algunas cosas de Aquarius. .

— James parecía que vivía aquí, Charlus y Dorea tenían que venir por él, lo cual molestaba a mis hijos y a él — rio con nostalgia.

Viollet sonrió con tristeza, nadie le había contado cosas relevantes de él, solo que era bueno en quidditch, transformaciones, que era un gran bromista y que ella era la versión femenina de James, pero con los ojos de su madre, que le contaran más cosas de él, la hizo más feliz.

— Cuando entraron a Hogwarts, Aquarius se puso triste, pero ellos constantemente le mandaban cartas de lo que hacían, y como se divertirían cuando ella fuera, a pesar de que Sirius entro en Gryffindor, no me molesto, solo.... fue una sorpresa — siguió relatando — Después con el paso de los años, los amigos se reunían aquí o en la mansión Potter, venían los hermanos Lestrange, Bellatrix, Narcissa, Remus, Lucius, Barty, Tertius, Evan, Pandora — sonrió con tristeza — Aun puedo recordar las risas de ellos, como iban de un lado a otro — sus ojos se llenaron de lágrimas — Y ahora todos están muertos, esos niños que vi crecer ya no están —

Era impresionante ver llorar a una mujer que creía que no tenía sentimientos.

— Me gustaría retroceder el tiempo, tratar de salvar a Sirius y Remus, a los gemelos — susurro Viollet.

Walburga se quedó callada, después murmuro algo y desapareció del cuadro.

Viollet estaba desconcertada, volteo a mirar a Kreacher.

— ¿Dije algo mal? —

El elfo negó.

— No amita, solo que mi ama a recordado algo, después volverá — tomo su mano y la guio a la cocina, en esta ya estaba la comida — Era la comida favorita de su padre —

Viollet se sentó y comenzó a comer con alegría, esta tan bien era su comida favorita.

— ¡Viollet, ven a la biblioteca! — el grito de Walburga la asusto, dejando caer el tenedor en el plato, provocado que la comida la salpicara.

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