Año 1925, Transilvania.
Los mitos y leyendas siempre hablan de mi, pero jamás me entendieron, como me sentía, jamás sabrán de mí...solo tú me pudisteis conocer...y amar mi querido bear
En las frías y densas montañas, aquellos relinchos y galopes se oían combinándose con los sonidos de la naturaleza, el sonido del río trayendo piedras a su paso, aquel viento que peinaba la melena de ambos jóvenes, las risas no hiban a faltar, estaban en su paraíso.
La cueva de los lobos estaba por aproximarse, les faltaban poco para llegar.
-Jungkook, mira es un lago- disminuye la velocidad de Yuri jalando de la rienda
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–Es cierto, que curioso que haya cisnes, últimamente la casería ilegal está acabando con ellos, veo que descubrieron este bosque para protegerse- detiene a niebla para estar al lado del castaño
–Que horror, pueden estar a salvo aquí
–Eso es gracias a mi y a los cuentos de mi tatarabuelo que esparcen los pueblerinos- suspira satisfecho el pelinegro
–Tienes razón
–Hay que tomar un descanso, Yuri y Niebla deben estar agotados después de un largo camino- desciende de su caballo para tomar de la rienda y llevarlo hacia el lago y logre tomar agua de esta
–Es verdad, ellos están agotados- baja de Yuri para hacer lo mismo que el pelinegro
–Venga, hay que sentarnos también, tomemos un descanso- se agacha Jungkook para sentarse en el césped
Taehyung hizo lo mismo sin rebatir, realmente estaba disfrutando salir del castillo, estar junto al pelinegro era una catarsis para él, podía disfrutar de la naturaleza, tal y como siempre le ha gustado disfrutar la mayor parte de su vida, siendo un aventurero, pero esta vez no estaba solo, tenía a alguien
–Salir del castillo es tan gratificante, disfrutar el paisaje así es tan relajante, y sobre todo si estás acompañado- voltea a mirar a dirección del castaño que se encontraba a su lado derecho- ¿No lo crees?
Taehyung inconcientemente volteo también en dirección de Jungkook encontrándose con aquellos ojos melancólicos que le habían detenido el tiempo, cuando tenía contacto visual con el pelinegro, su corazón daba vueltas, con Jungkook sentía algo muy peculiar que jamás ha sentido con cualquier otra persona que haya conocido, eso lo confundía más.
–Taehyung, perdóname por lo que voy a decir, pero, no puedo retenerlo más, el pecho me duele de seguir conteniendolo- toma la mano del castaño para entrelazar los suyos
–Jungkook...- miraba confuso al pelinegro
–Taehyung, cuando lleguemos al territorio de los lobos, porfavor no te separes de mí, no quiero que ningún lobo se te acerque, y si aquel lobo se encuentra ahí, juró que acabaré con él, con mis propias manos, sin importarme la presencia del alfa
–Jungkook, no quiero que te manches las manos, prometo que no me separé de ti, así que descuida, no me sucederá nada si estoy a tu lado- toma la mejilla del pelinegro para darle seguridad
–Taehyung...
te amo
–¿Qué?- dijo estupefacto el castaño mientras aquella frase se repetía continuamente en su cabeza
–Te amo Taehyung, realmente te amo, mi corazón no puedo evitar bailar de la emoción tan solo al verte-acaricia la parte derecha de la cabellera castaña con sueves y delicados toques
Taehyung no podía creerlo, estaba soñando, no podía creer que era amado por un vampiro, que Jungkook lo amaba realmente, su corazón saltaba de felicidad pero sus ojos se cristalizaban a medida el pelinegro lo seguía acariciando
–Taehyung, no llores dulzura- lo toma en sus brazos para resguardarlo en un cálido abrazo
–Jungkook, yo también te amo, tenía miedo a que solo hubiese sido un juego para ti y el miedo a eso me consumía, tenía miedo- se aferra a la camisa blanca que llevaba el pelinegro
–Taehyung, necesitare repetirte lo tantas veces para que lo tengas claro, nunca tengas miedo, eso te consume y te mata, estoy tan feliz que sientas lo mismo que yo, a partir de ahora permanezcamos juntos, yo siempre estaré a tu lado a pesar de cualquier circunstancia- toma el rostro de piel canela con ambas manos para dejar un suave beso en los belfos del castaño
Los cisnes en ese entonces vuelan saliendo del lago formando una parvada para migrar a otro bosque, mientras que dos almas habían formado un lazo, un lazo que prometen permanecerlo unido.
Jungkook no pudo evitar sus impulsos, quería tocar más al castaño, quería más. Pasa su mano acariciando la nuca del contrario, descendiendo su mano hasta su cuello, acariciando parte de su clavícula un poco descubierta por la abertura de su camisa.
–Taehyung
–Se lo que vas a pedir Jungkook, solo hazlo- comento tragando en seco el castaño
–Seré cuidadoso- acercó su rostro para hundirse en el cuello ajeno y empezar a dejar rastros de besos, succionando en algunas ocasiones dejamos marcas notorias en la longitud.
–J-Jungkook, s-solo te di permiso p-para morderme, no para que me c-comas el cuello ah- suelta un jadeo el castaño
–Tus deseos son órdenes- dijo eso e introdujo sus colmillos en el cuello ajeno perforando esta
–Espe- Ah! diablos~
El castaño aún no se acostumbra a ser mordido por el azabache, pero fueron sus deseos interiores que le dieron la autorización de morderlo, no Hiba a retractarse, ya estaba hecho, estaba siendo succionado por el pelinegro, y lo estaba disfrutando.
–Y-Ya es suficiente, m-me vas a de-dejar seco Jungkook~ - menciona dificultoso el castaño con la respiración entrecortada
El pelinegro le dejo libre esa zona, dejando el rastro de su comida, dos perforaciones que extrañaba ver en el castaño, se sentía más activo y satisfecho.
–Déjame ayudarte- toma su pañuelo para tapar la herida hecho por el mismo en el cuello del menor- perdón si me excedí, es que me tenía obsesionado de volver saborear tu sangre, que me fue difícil separarme, perdóname- posa su cabeza en el hombro del castaño para oler su aroma a miel y a vainilla, que olor tan delicioso y degustoso pensaba el pelinegro.
–E-Esta bien, te perdono solo porqué yo te pedí que lo hicieras- desfija su mirada a otro lugar para evitar su sonrojo ya que le mayor lo estaba olfatenado muy de cerca que se le hacía complicado mantenerse tranquilo.
El sol hiba ocultándose mientras aquellos dos jóvenes permanecían distraídos en su mundo, dejaron que la cosa fluya, permanecieron varias horas abrazados durmiendo en el césped que una fría brisa hizo que les diera alerta que la noche se avecina.
