Los piratas 3- seho

I

ÉRASE UNA VEZ... Así era como comenzaban las historias. Érase una vez un mar donde los piratas reinaban a bordo de navíos extraordinarios. Aguas azules, mansas y turbulentas, donde los hombres más valerosos y las mujeres más audaces dejaban atrás su condición humana y se codeaban con los dioses del Mar. Érase una vez un lugar donde el esclavo podía convertirse en señor, el pobre, cubrirse de oro, el señor podía volverse esclavo y el hambriento de aventuras alcanzar saciado el paraíso. Donde la tentación, la envidia, la pasión y los celos reinaban. Así era como comenzaba la leyenda o una erótica historia. En algún lugar de la costa Asiática donde no existía el tiempo... o, al menos, su línea sinuosa, se encontraba la maravillosa fortaleza de Ulleungdo. Una isla paradisiaca donde hace unos años la tripulación de la capitana HaeRang lograron hallar los tesoros del último emperador de Goryeo.

También Ulleungdo es la isla donde los piratas dirigidos por HaeRang y Moochi decidieron quedarse para vivir. Su lugar estratégico y de difícil acceso al estar rodeado por enormes rocas que cumplían los roles de murallas. Asimismo, dentro de las aguas que rodeaban la isla se encontraban volcanes marinos activos que erupcionaban logrando derribar enormes embarcaciones.

Después de hallar el tesoro perdido del emperador. HaeRang y Moochi decidieron formalizar su relación y juntos lideraron la embarcación en busca de nuevas aventuras. Oh SeHun, el valiente pirata de alto porte y de gran habilidad con el arco empezó a ganar mayor relevancia durante los enfrentamientos de la embarcación con otros buques. Ya sean mercantes, otros piratas u corsarios.

Luego del fallecimiento de Mugcho (Corsario imperial que buscaba el tesoro del emperador de Goryeo) el emperador de Joseon, Min Gawon, decidió poner en la cabeza de la flota al general Choi Minho. Los piratas significan un grabe problema para la monarquía, quienes necesitaban de los mares para transportar sus productos con las costas japones y otros países de Asia. Además, de que el mar era el camino que los unía con el resto por medio de los viajes. Choi Minho, era un joven aguerrido y porte esbelta, que durante el poco tiempo empezó a perseguir y cazar a los piratas. Poniéndose, así como gran enemigo a la flota de HaeRang. Asimismo, con la de los demás piratas que surcaban los cuatro océanos.

Los enfrentamientos contra el general Minho eran esporádicos y la flota de HaeRang resultaba ilesa de los enfrentamientos, hasta una fatídica tarde donde el barco de HaeRang surcaba el Mar placido luego de haber saqueado un barco mercante inglés. Hasta que de improvisto se alzo entre la bruma mariana el temible barco del general Minho. Un buque hermético con velas blancas y largas que le permitían realizar bruscos movimientos y le garantizaba una alta velocidad en las aguas gracias a los vientos. No falto mucho para que el buque del general empezara a apuntar sus cañones al estar a pocas distancias.

Oh SeHun, quien se encontraba sentado en la cruceta del tercer mástil. Logro percatarse de una bala de cañón que logro atravesar el espolón del barco. Gracias a ello, tomo una de las cuerdas para bajar a la popa del barco y tomar el timón para pilotarlo.

—¡NOS ESTAN ATACANDO! —grito Akwi sobresaltado llamando la atención de los demás.

—Despierten a la capitana. —ordeno SeHun girando el timón en dirección al viento para ganar velocidad y una posición estratégica de defensa.

—¡Capitana! ¡capitana! —grito Gomchi tocando desesperadamente el camarote de HaeRang, quien descansaba bajo los brazos de Moochi—. Nos están atacando.

—Es sorprendente que no nos hayamos dado cuenta. —replico Akwi.

—Como que nos están atacando...—gruño Moochi saliendo del camarote—. ¿Cómo es que nadie supo preverlo?

—Estábamos descansando....—Gomchi fue interrumpido cuando otro cañón impacto contra la escala.

—A sus posiciones de batalla que esperan. —ordeno Moochi desenvainando su espada—.¡Todos despierten! Y en sus posiciones de ataque.