Nahea, perdió a sus padres a muy temprana edad haciendo así que tuviera que irse de su hogar.
Tiempo después unos chicos de su misma tribu llegan a la aldea creando así una muy bonita amistad entre uno de ellos, o algo más...
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CAPÍTULO 9
Narra Nahea
Estaba hablando con Neteyam en la orilla de la playa. El tenía sus brazos sobre mis hombros y yo los míos sobre su cintura con la cabeza en su pecho formando así un abrazo cómodo.
‐¿Me dirás ya por qué estabas con Aonung?- Me insistió Neteyam.
-Vale, pero es que no entiendo porque insistes tanto con el tema.- Estaba actuando muy raro.
-Eso no importa ahora.- rodé mis ojos.
-De acuerdo. - Dije alargando la o. -Fui con él porque me dijo que creía que sabía donde estaba lo'ak así que fui con él a buscarlo. Pero cuando llegamos no estaba allí y nos perdimos. Estuvimos buscando la aldea hasta que llegaste tú. - Eso último lo dije señalándolo con el dedo índice.
-Ya que te lo he contado todo debes decirme.- Le mire a los ojos.- ¿Por qué tanta curiosidad??- Él se mordió el labio como si tratara de buscar las palabras adecuadas.
-Haber... Digamos qué tu...- empezó a jugar con sus dedos con la mirada baja haciendo que le cogiera por el mentón para que me mirase a los ojos.-Me gustas- Tartamudeo. Me quedé sin palabras, no sabía que decir. ¿Le gustaba?
-Quiero decir, no tiene que ser correspondido. Lo entiendo si no sientes lo mismo apenas nos conocemos de hace dos meses y...- Puse mi mano en su boca.
- Neteyam, yo... te veo- Él sonrió con un brillo en sus ojos que nunca había visto y lo mas esperado...
Me beso
Tenía los labios sobre los de Neteyam Sully y no estaba soñando. Sus labios eran suaves, era como si todos mis problemas desaparecieran, encajaban a la perfección, como si de un puzle se tratara. Luego de un rato nos separamos por falta de aire, aunque si fuera por mí nos quedaríamos así toda la vida.
Puso una mano en mi mejilla y la otra en mi cintura volviendo a besarme. Beso el cual correspondí de inmediato. Puse mi mano en su cuello intensificando un poco el beso, este no era como el primero el primero fue suave y tierno al contrario que este. Es como su ubieramos esperado por esto toda nuestra vida.
Puse mi mano en su pecho, concretamente en su corazón. Notando como sus latidos se aceleraban y apretaba el agarre en su cintura. Y sus besos empezaron a bajar a mi mandíbula dejando besos húmedos y mordiscos bajando a mi cuello lentamente.
-No sabes cuanto tiempo llevo esperando esto.- Jadeó contra mi oído. Causándome un escalofrío por todo el cuerpo.
Continuó con lo suyo y yo eche mi cuello hacia atrás soltando un gemido haciendo que el sonriera dejandole así mas hueco en mi cuello.
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