La selección estaba en pleno vuelo de regreso a Argentina, y Valentina contaba las horas para reunirse con su arquero favorito. Sin embargo, sabía que no podría verlo hasta el día siguiente, lo que la dejó con una tarde libre y un montón de energía acumulada. No estaba dispuesta a pasar ese tiempo sola en casa, así que decidió organizar una salida con sus amigas para distraerse y disfrutar.
—¡Flor! —exclamó Valen con entusiasmo al ver a su amiga cordobesa. Se lanzó hacia ella, rodeándole el cuello con los brazos y llenándola de besos en las mejillas—. Dios, lo que te extrañé, colo.
—Ay, culia', yo te extrañé mucho más. Hace dos meses que no nos vemos, ¿sabé' cómo sufrí? —Florencia la abrazó con fuerza, dejándole claro cuánto la había echado de menos—. Vos sos mi fuente de vida —agregó, con ese tono exagerado que siempre lograba hacer reír a la morocha—. Lour y Male ya están en camino, así que podemos ir entrando si queré'.
—Dale, sí, de una. Quiero escabiar y mover el orto —respondió Valentina, su entusiasmo creciendo a medida que se acercaba la noche.
—¿Más? ¿No te alcanzó con el festejo que tuviste con la selección en los vestuarios o en las habitaciones? —preguntó Florencia, arqueando una ceja con picardía.
—Flor, estás hablando con la fanática de la joda. Me ofende que me preguntes eso —Valentina sonrió, esa chispa traviesa brillando en sus ojos.
Florencia soltó una carcajada y, sin soltarle la mano, la llevó hacia la entrada del boliche. Apenas cruzaron la puerta, el ambiente las envolvió. La música de "La Joaqui" retumbaba en las paredes, y las luces de colores cambiaban de tono al ritmo de la canción, creando un ambiente electrizante.
—¿Qué pedimos? —preguntó la pelirroja, acercándose a la barra.
—Para mí lo de siempre, después vemos —respondió Valen, con la mirada fija en la pista de baile.
Mientras su amiga se encargaba de las bebidas, la morocha se dejó llevar por el ritmo. El grupo de chicas a su alrededor comenzó a moverse al unísono, y pronto se encontraron bajando hasta el suelo, mostrando los movimientos que ella había perfeccionado en las tantas noches de fiesta con los chicos de la selección.
El boliche vibraba con la energía de la música, y Valentina se sumergió en el momento, olvidando por un rato la espera y la ansiedad por ver a su arquero. Bailar era su forma de liberar tensiones, de reconectarse consigo misma y con sus amigas. Los destellos de las luces sobre sus rostros y el calor del ambiente la llenaban de una sensación de libertad y alegría pura.
—¡Boludo, mirá! Es la hermana de Nico, Valentina. ¿Decís que me acerque y le tire onda? —susurró el chico, sin ningún esfuerzo por disimular.
La morocha, que había estado de espaldas, frunció el ceño al escucharlos. Se giró lentamente, y en ese instante, el pibe se puso serio. Intentó recomponerse, lanzándole una sonrisa nerviosa.
—Hola —saludó él, intentando parecer seguro de sí mismo.
—Hola —respondió Valentina, con un tono cargado de un falso carisma, claramente irritada—. ¿Te puedo ayudar en algo?
—No, no... O sea, quería bailar con vos nada más —dijo, extendiendo la mano hacia ella, esperando que la aceptara.
Valentina lo miró fijamente, su mirada pasando de la mano extendida a los ojos del chico, antes de negar con la cabeza, sin molestarse en ocultar su desdén.
—Bue, ¿qué te hacés la exclusiva? —replicó él, con un tono que delataba su frustración—. Si todos saben que sos re entregada. No hay chance que no te hayas cogido a alguno de los amigos de tu hermano.
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loved you first - dibu martinez
FanfictionValentina estaba en Qatar disfrutando de ver la victoria de Argentina tras pasar a finales después de jugar con Croacia, pero una llamada de su novio le arruina la diversión por completo. Las miles de emociones que siente la llevan a confundirse, no...