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Mientras el avión surcaba los cielos hacia Argentina, Valentina estaba inmersa en sus pensamientos. La emoción del regreso estaba mezclada con la nostalgia de haber dejado atrás un evento tan significativo. Miraba la casaca del Dibu que llevaba colgada en el asiento frente a ella, sintiendo un profundo anhelo por estar de vuelta con él.

Anto, sentada a su lado, notó el estado de ensueño de su amiga y decidió romper el silencio.

—¿Qué tienes pensado hacer ahora? —preguntó Anto, rompiendo la calma con curiosidad—. Porque vos tenes proyectos que definir acá, y él seguramente se vuelva a Inglaterra.

Valentina giró su cabeza para mirarla, con una sonrisa melancólica en el rostro.

—No lo sé, la verdad. Todavía no tuve la oportunidad de pensar en frío, Anto. Primero quiero poner todo en orden acá, y después veré qué sucede —respondió con una sonrisa ladeada—. Aunque, siendo sincera, no me molestaría tomarme un tiempo para irme con él.

—¿Estás dispuesta? —Anto preguntó con una mezcla de sorpresa y admiración en su voz.

—He estado dispuesta a hacer tantas locuras por alguien que no lo merecía. Viajar a Inglaterra para estar con Emi podría ser mi mejor decisión hasta ahora —dijo Valentina, dejando que sus palabras reflejaran su sincera emoción.

—Lo importante es que vos estés bien con la decisión que tomes —dijo Anto, colocando una mano reconfortante sobre el brazo de Valentina y apretándolo con delicadeza—. Pero, ¿a dónde va dirigida la relación ahora?

Valentina se tomó un momento para reflexionar antes de responder.

—Todavía no lo hablamos formalmente, pero supongo que en un futuro podría convertirse en una relación de noviazgo, tal vez. No quiero apresurar nada; recién estamos comenzando con todo esto —explicó, mostrando la mezcla de esperanza y cautela que sentía.

—Está perfecto, Valen. Vayan con cuidado y tranquilos. Vas a ver que así es mejor —le aconsejó Anto con un tono tranquilizador.

Valentina asintió en silencio, sintiendo el peso de la decisión en sus hombros pero al mismo tiempo la emoción por lo que podría venir. Cuando bajó la mirada al celular, notó que tenía varios mensajes. Había mensajes de Matías, enviados horas antes, justo antes de que salieran del aeropuerto, y otro de Emi que la hizo sonreír de inmediato.

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loved you first - dibu martinezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora