Capítulo VII

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A lo lejos podía escuchar la voz de Jaiku que me llamaba,pero no podía reaccionar.


Mi cerebro no daba órdenes o mi cuerpo no las recibía.

Pude reaccionar en cuanto ella me zarandeó un poco,parpadee un par de veces y dirigí mi mirada a la suya.


-¿Eh?...


-¿Estás bien? Me preocupaste. -Me miró haciendo un pequeño puchero ante el

cual yo sonreí.-


-Sí,estoy bien. Ven,vayamos a cazar la comida. -Le tomé de la mano ignorando a Kentin y su nueva conquista.-


Caminamos por un buen rato hasta que pudimos encontrar algunos jabalíes y antílopes.Ajusté a mi cintura el carcaj con las flechas el cual yo había unido a un cintillo para mi pantalón.


-¡Andando,Jaiku! -Le hice una seña y comenzamos a correr tras los animales.-


Miré de reojo como ella había mejorado desde hace algunos días que salimos a cazar.Aún mientras corría podía disparar sin fallar ningún tiro,logró darle a dos jabalíes justo en medio de los ojos.


-Buen trabajo,Jaiku. -Sonreí y le acaricié el cabello.- Iré a cazar un antílope,tú llama a Lysandro y Castiel para que te ayuden,¿De acuerdo?


-De acuerdo,pero ten cuidado. -Me abrazó sonriendo.-


-Lo tendré,enana. -Besé su cabeza y nos separamos,ella fue a buscar a los chicos después de ocultar bien ambos jabalíes y yo fui a buscar a los antílopes.-


Llevaba ya un buen rato caminando y aún no encontraba a ningún antílope.


Estaba comenzando a aburrirme así que comencé a cantar mientras seguía caminando. Caminé un par de calles más y pude ver a los lejos a los antílopes pastando,me acerqué con cuidado y tomé una flecha del carcaj preparándola en el arco mientras apuntaba a la cabeza del animal. Respiré profundamente y solté la flecha dejando que ésta saliera disparada hacia la cabeza del antílope matándolo al instante. Ante aquel alboroto los demás animales salieron corriendo pero con un antílope me bastaba.


Saqué la flecha de su cabeza y como pude me lo llevé al campamento.


Alexy y Violeta eran grandes cocineros,no había comida más deliciosa que la que ambos preparaban.


Pero grande fue mi sorpresa cuando llegué al campamento y miré a esas dos personas que no quería ver más,charlando animadamente con los demás como si no hubiese pasado nada. Fruncí ligeramente el ceño y seguí caminando como si no me importase. Dejé el antílope frente a Castiel y me estiré.


-Bueno,¿Qué opinas? ¿Es bueno para la cena?


-Vaya,ahora sí me sorprendiste. -Murmuró burlón.-


-Callate,cerecita. -Reí y le alborote el cabello sabiendo que odiaba aquello.-

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